CAPÍTULO 17

517 42 0
                                    

Capítulo 17: Paseo

La mansión Featherington bullía de actividad, ya que el vizconde acababa de despedirse de la pelirroja, para dar un paseo por el parque, justo después de declarar sus intenciones de cortejar a la más joven de los Featherington. En el salón, la señora Varley, la siempre eficiente ama de llaves, se acercó a la baronesa viuda con una mirada interrogativa.

—Mi señora, ¿qué haremos con los demás visitantes que puedan venir a pedir la mano de la señorita Penélope?

Portia dejó escapar un suspiro de resignación y las arrugas que rodeaban sus ojos se arrugaron levemente. Había pasado apenas una semana desde que la propia Reina había nombrado a su hija la incomparable Esmeralda de la temporada. Y ahora su vecino de toda la vida, el estimado Vizconde, había comenzado a cortejar audazmente a Penélope.

—Dígale a Briarly que rechace cortésmente a cualquier otra persona que lo visite, señora Varley. Penélope ya está oficialmente comprometida. —Apretó las manos con fuerza, con la esperanza de evitar otro escándalo que tan a menudo plagaba las relaciones entre sus familias.

Al otro lado de la ciudad, Anthony y Penélope paseaban tranquilamente por The Serpentine en Hyde Park, acompañados por la doncella de Penélope como acompañante. Los susurros se extendieron entre la alta sociedad reunida a medida que pasaban, atrayendo miradas especulativas.

La extraña unión de un aristócrata célebre como Anthony y una ex mujer tímida como Penélope fue objeto de intensos chismes. Anthony captó la mirada de Penélope, preocupado por su momentánea incomodidad ante el escrutinio.

—¿Estás bien, Penélope? —preguntó solícito—. Quiero que nuestro cortejo sea claro, pero entenderé si la atención te abruma.

Penélope esbozó una pequeña sonrisa. —Estoy bien, pero no estoy acostumbrada a que me interesen tanto. —Su mirada se encontró con la de él—. Ya que ahora estamos cortejándonos formalmente, ¿puedo hacerte algunas preguntas? Para conocer mejor al hombre que me persigue.

Anthony sintió que se le cortaba la respiración ante su franqueza, pero asintió. —Por supuesto, pregúntame lo que quieras.

—Bueno, eh... ¿Cómo era nuestra relación antes de mi... accidente? Lo confieso, esos recuerdos todavía se me escapan.

Anthony aminoró el paso mientras reflexionaba sobre su pregunta. ¿Cómo explicar la extraña danza que habían mantenido durante años: vecinos amistosos en un momento, separados por límites rígidos al siguiente?

—Nos conocíamos a través de las conexiones que teníamos desde hacía mucho tiempo en nuestras familias. Fuiste la mejor amiga de mi hermana Eloise cuando éramos niños. Pero el decoro dictaba que nuestra interacción fuera más bien formal.

Penélope asintió y continuó —Entonces, ¿puedo pedirte que me cuentes más sobre ti? ¿Tu infancia, tus intereses, tus aventuras amorosas pasadas? —Sus mejillas se sonrojaron, pero le sostuvo la mirada—. ¿Y qué esperas de mí si nos casamos?

Durante un largo momento, Anthony permaneció en silencio, asimilando la idea de que esa mujer extraordinaria deseaba conocerlo verdaderamente, al hombre que se escondía tras la fachada del vizconde. Ni siquiera su propia familia había buscado nunca la verdad sin adornos sobre sus pensamientos y luchas internas.

Pero allí estaba Penélope, solicitando con valentía la entrada a través de los muros que él había erigido a lo largo de los años. La carga de heredar su vizcondado con tan solo nueve y diez años, su búsqueda de toda la vida para demostrar que era digno de ese honor, sus intereses en la esgrima y la equitación y los momentos tranquilos a solas con sus caballos... todo esto y más permanecía en silencio en su boca.

Recuerdos (Anthony Bridgerton) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora