Capítulo 48: Un vizcondes celoso.
La pesada puerta de roble del dormitorio principal se cerró con un suave clic, sellando a Anthony y Penelope en su santuario privado. El aire entre ellos crepitaba por la tensión, denso por las palabras no dichas y el dolor persistente. Los ojos de Anthony, por lo general tan confiados y seguros, ahora reflejaban una vulnerabilidad que tiró del corazón de Penelope a pesar de su determinación de permanecer en guardia.
—Penélope... —comenzó, con la voz ronca por la emoción—. No... no puedo soportar ni un momento más de distancia entre nosotros. Por favor, permíteme explicarte, para enmendar mis acciones desconsideradas.
Penélope asintió en silencio, sentándose en el borde de la cama mientras Anthony caminaba frente a ella, pasándose una mano por su cabello ya despeinado.
—Antes que nada, debo disculparme por mi inexcusable insensibilidad —dijo, y sus palabras salieron a borbotones—. El retrato... Todos los recuerdos de Siena... Han sido destruidos. Quemados, hasta el último, incluidos los de Aubrey Hall. Te lo juro, Penélope, nada de esa naturaleza volverá a interponerse entre nosotros.
Él se arrodilló ante ella y tomó sus manos entre las suyas. La calidez de su tacto le provocó un hormigueo familiar, a pesar de sus esfuerzos por permanecer impasible.
—Sé que antes era conocido como un libertino al que le importaban poco los sentimientos de los demás —continuó Anthony, sin apartar la mirada de ella—. Pero tú, mi amor... Me has cambiado. Me has reformado. Solo hay una mujer que posee mi corazón ahora y para siempre, y esa eres tú, Penélope. Mi esposa, mi vizcondesa, mi todo. Eres mi todo.A Penélope se le llenaron los ojos de lágrimas al escuchar las apasionadas palabras de Anthony. Deseaba desesperadamente creerle, dejar de lado las dudas que la habían atormentado estos días.
—Estos últimos días... —La voz de Anthony se quebró por la emoción—. Han sido los más oscuros de mi vida. Saber que mi desconsideración te causó tanto dolor, tanta enfermedad... Apenas puedo superarlo.
La determinación de Penélope empezó a desmoronarse ante el evidente remordimiento de Anthony. Respiró entrecortadamente y por fin dio voz a sus más profundas inseguridades.
—Anthony, yo... no puedo negar que tus acciones me hieren profundamente —admitió, su voz apenas por encima de un susurro—. Siena, ella... Ella representa todo lo que yo no soy. Ella es la encarnación del deseo, de la pasión. Y yo... bueno, yo solo soy Penélope.
Anthony apretó más sus manos y su expresión fue feroz. —No, mi amor. No eres solo Penélope. Lo eres todo. Tu belleza, tu ingenio, tu amabilidad... eclipsan cualquier capricho fugaz que pueda haber albergado en el pasado.
Él le tomó la cara con suavidad y con los pulgares secó las lágrimas que habían empezado a caer. —Penélope, cuando te miro, veo mi futuro. Veo toda una vida de amor, de compañerismo, de alegrías y penas compartidas. Eres mi pareja en todos los sentidos que importan.
El corazón de Penélope se hinchó ante sus palabras, y sus últimas defensas se derrumbaron. —Oh, Anthony... —suspiró, inclinándose hacia su toque—. Deseo tanto creer en ti, confiar en este amor que compartimos...
—Entonces, créelo, querida —murmuró Anthony, acercándola más a él—. Porque te juro por todo lo que amo, que mi corazón te pertenece a ti y solo a ti. Ningún fantasma de mi pasado podría competir jamás con tu vibrante y hermosa realidad.
Cuando sus labios se encontraron en un tierno beso, Penélope sintió que el dolor y las dudas que aún persistían empezaban a desaparecer. Aún había mucho de qué hablar, heridas que sanar, pero en ese momento, envuelta en los brazos de Anthony, se permitió tener esperanza. Creer en la fuerza de su amor y en la promesa de un futuro juntos.
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Recuerdos (Anthony Bridgerton) ✔️
FanficDespués de los desafortunados acontecimientos en el baile de su madre, Penélope decidió que era hora de abandonar Londres. Al oír a Colin pronunciar palabras despectivas sobre ella hacia sus amigos, Penélope perdió el respeto hacia el hombre que hab...