PRÓLOGO

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JIN

Había muchas cosas que a Jin le resultaban incómodas: presenciar el PDA de otras personas, verse obligado a mediar en el drama familiar de sus pacientes, avistar a desconocidos en el gimnasio... pero las "mañanas después", tendían a ser algunos de sus momentos menos favoritos.

—Entonces —Jessie se apoyó contra la puerta de su auto, aparentemente sin prisa por usarla, sus ojos verdes brillaban con picardía—. ¿Haremos esto otra vez en algún otro momento?

—Um —Jin se pasó una mano por sus rizos castaño oscuro.

Mierda. Odiaba esta parte. No había querido invitarla a desayunar en lo absoluto, pero ella había estado ahí, en su apartamento, y él se había sentido como un imbécil por pensar en echarla a patadas, así que sugirió ir a buscar algo para comer. Había pedido tomar autos separados, alegando que tenía algo que hacer después. Supuso que podría hacer que esa afirmación fuera cierta si se detenía en casa de Jimin en el camino de regreso a casa.

Su hermano pequeño había estado actuando de manera extraña últimamente. Y ese tipo, Yoongi, con el que había estado saliendo... A Jin no le gustaba. No le gustaba él.

Jessie sonrió ante su vacilación. —Uh-oh. No me digas. ¿Es algo de una sola vez?

Jin se mordió el labio, dándole una sonrisa tímida. —¿No eres tú, soy yo?

No debería haberse acostado con ella. Ella era lo suficientemente agradable, claro. Habían tenido clases juntos en la escuela secundaria, y él siempre había pensado que ella era genial, divertida, inteligente, totalmente sexy. Pero la verdad es que Jin solo había estado buscando algo con lo que aliviar el estrés, y ella había estado en el lugar y momento correcto para proporcionarlo.

Jessie se rio de él, su buen humor estaba probando que era demasiado buena para Jin en primer lugar.

—No te preocupes, Rey. Conozco tu reputación.

—Oh. ¿Reputación?

Pero Jin no tuvo la oportunidad de averiguar cuál podría ser su reputación, porque lo siguiente que supo es que estaba boca abajo en el pavimento, Jessie estaba gritando y el brazo de Jin estaba sujeto detrás de su espalda en un ángulo doloroso.

—Hola, Seokjin —Jin no reconoció la voz, profunda y áspera, con un toque de acento.

Trató de librarse del agarre del hombre, pero su sujeción era como el hierro. Jin no logró ni una pulgada de margen de maniobra.

—¿Te conozco? —Jin finalmente gruñó, renunciando a sus esfuerzos.

El hombre que lo sujetaba se rio entre dientes. No era un sonido agradable.

—Quería enviar mis saludos a Yoongi y a su pequeño juguete humano. Sé un buen hermano mayor y pasa el mensaje, ¿sí?

Eso era... ¿qué? Jin tenía preguntas, tantas preguntas, pero antes de que pudiera expresarlas, escuchó un crujido y luego...

Dolor. Un dolor agudo.

Jin gritó. Su brazo. El hombre le había roto el maldito brazo. Fue volcado sobre su espalda antes de que pudiera siquiera intentar recuperar el aliento. Miró fijamente a... ¿A qué?.

El extraño parecía un hombre, más o menos, uno con una cara hermosa y su cabello oscuro ligeramente gris en las sienes. Pero sus ojos eran aterradores, completamente negros, sin siquiera una pizca de blanco alrededor de los bordes.

Los ojos de un monstruo.

Él le sonrió a Jin, y un par de colmillos brillaron a la luz de la mañana. Jin gimoteo. Ni siquiera sabía que podía gimotear.

SU ALTEZA *JINKOOK*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora