JUNGKOOK
El pensamiento inicial de Jungkook había sido que Jin lo follara en la cocina. Que su humano lo inclinara sobre el mostrador, o tal vez que dejara que Jungkook lo montara en una de las sillas de la cocina. Pero Jin lo había estado besando con tanta dulzura y delicadez, que cuando Jungkook se dio cuenta, había sido llevado hasta el dormitorio.
Como si esto fuera una especie de... interludio romántico. Estaba muy lejos del sexo vampírico y sangriento que había estado imaginando más temprano en la noche cuando estaba presionándose el uno contra el otro en el club. Pero la dulzura del beso de Jin después de la conmoción de pensar que había visto la cara de Hendrick, hizo que Jungkook se confundiera por completo.
Tal vez por eso, en el dormitorio, siguió dejando que Jin lo besara con tanta maldita dulzura. Jin tenía ambas manos ahuecando las mejillas de Jungkook, sosteniendo su rostro como si fuera algo precioso. Estaba reclamándole la boca con besos cálidos y suaves, y él lo estaba dejando.
Para ser justos, Jin era un jodido besador de ensueño, por lo que no se podía culpar a Jungkook, ¿verdad? El humano estaba usando su agarre sobre Jungkook para inclinarle la cabeza como él quería, chupando suavemente sus labios y dando trazos sedosos con su lengua. Jungkook dejó escapar un gemido antes de darse cuenta.
Cristo. Necesitaba respirar. Necesitaba tomar el control de la situación antes de ahogarse en toda esta dulzura. Dio un paso atrás, apartando la cabeza del agarre de Jin.
—Desnúdate —ordenó Jungkook, jadeando un poco.
Jin tragó saliva antes de seguir la orden, quitándose la camisa por encima de la cabeza en un instante y revelando todos esos deliciosos músculos.
Jungkook se deshizo de su propio top rápidamente y a continuaciones comenzó a bajarse los pantalones de cuero. Jin gimió apreciativamente, observándolo desvestirse.
—Esos malditos pantalones... —murmuró.
Jungkook hizo una pausa al retirarlos de sus tobillos. —¿No te gustan? —
bromeó.
El calor en los ojos de Jin podría haber derretido el acero.
—Me gustan jodidamente demasiado —corrigió.
Como debería ser. Jungkook se veía increíble con ellos.
—Toma el lubricante —Exigió.
Se acostó en la cama mientras que Jin obedecía. Separó las piernas y miró con satisfacción como los ojos del otro hombre se oscurecían ante la vista.
—Prepárame —Le ordenó Jungkook.
—Joder, sí —Jin suspiró, avanzando y subiéndose en la cama.
Luego Jin lo estaba besando de nuevo. Jungkook tomó el control rápidamente esta vez, chupando la lengua del humano salvajemente, cediendo un poco a la ferocidad que vivía siempre presente dentro de él.
¿Jin iba a protestar? ¿Pedirle a Jungkook que volviera a ser dulce?
Pero su humano solo gimió de satisfacción, haciendo esa cosa adictiva que hacía donde se derretía tan fácilmente bajo las atenciones de Jungkook. La gruesa y dura polla de Jin estaba presionada contra la suya, el peso de su cuerpo empujando hacia abajo de una manera que debería haber dejado a Jungkook lleno de pánico, pero que en cambio lo dejaba sintiéndose tan malditamente bien.
Jungkook gimió cuando un dedo resbaladizo sondeó su entrada con urgencia. Jin empujó la punta hacia adentro y él suspiró de satisfacción ante el estiramiento: los dedos de Jin eran más grandes que los suyos.
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SU ALTEZA *JINKOOK*
RandomSegundo libro de la serie vampiros, la historia de Jimin y Yoongi de la adaptación My lovely Boy