JIN
Jin se había sentido impotente antes. Había perdido a personas que le importaban. Pero nunca había sentido esta furia en el estado más puro, esta frustración que lo consumía todo.
Hendrick se había llevado a Jungkook.
A Jungkook, que estaba aprendiendo a abrirse de nuevo. Jungkook, quien hizo que Jin se sintiera seguro y reconfortado por primera vez desde su infancia. Jungkook, que se había quedado en esta ciudad, después de más de un siglo de seguir huyendo, solo para permanecer cerca de él.
Y Hendrick se lo había llevado. Y Jin no había podido hacer nada al respecto. Había sido sacado de la carrera en un instante, Hendrick lo dominó sin siquiera un cabello fuera de lugar por el esfuerzo. El vampiro le había roto el cuello a Jay, y antes de que Jin pudiera siquiera procesar lo que había pasado, su pierna estaba doblada, su cara destrozada. Era como revivir el ataque de Lucien una segunda vez.
Excepto que esta vez, Jungkook no había sido capaz de abalanzarse y salvarlo. En su lugar, Jungkook había sido llevado.
Jin jadeó desde su posición boca abajo en el porche de Jimin. Mierda. Necesitaba levantarse. No sabía si podría siquiera caminar con lo que Hendrick le había hecho a su pierna. Pero al menos podría sentarse derecho.
Se incorporó hasta quedar sentado, con la pierna derecha estirada lo mejor que pudo frente a él. Dolía. Todo le dolía. Pero no era nada comparado al dolor que experimentó al ver a Jungkook alejándose. Como si le arrancaran el corazón del pecho. Era exactamente lo que Jin había estado temiendo durante las últimas tres semanas. Jungkook yéndose. Jungkook dejándolo.
Y Jin se dio cuenta de podría haber sido capaz de manejarlo, bajo cualquier otra circunstancia. Si Jungkook se hubiera ido porque se había dado cuenta de que necesitaba mucho más, de que Hyde Park no era suficiente, de que Jin no era suficiente... ahí, podría haberlo sobrevivido. Podría haber
visto a Jungkook volver a ser un trotamundos y viéndolo ir de club en club y Jin habría vivido para ver otro día.
Hubiera dolido, sí. Habría roto el corazón de Jin. Pero podría haberlo manejado, por Jungkook. Podría haber manejado la partida de Jungkook, si es lo que el vampiro necesitaba. Pero esto. Jungkook yendo con ese pedazo de mierda, poniéndose en manos de ese psicópata...
Jin no se había dejado engañar por ninguna de las tonterías que Jungkook le había soltado a Hendrick. Las palabras del vampiro acerca de que Jin era una mascota, una distracción fácil. Jin sabía mejor. Jungkook solo había estado protegiéndolo. Su vampiro había pensado que tenía que ir con ese jodido monstruo para proteger a Jin.
Bueno, a la mierda con eso. Jin no había podido evitar que su padre muriera. No había podido evitar la demencia progresiva de su madre. No había podido evitar que Jimin fuera convertido contra su voluntad.
Pero seguro que podía hacer algo respecto a esto. Así que no había podido proteger a Jungkook porque era un humano: frágil, débil, mortal. Bueno, entonces él ya no sería un humano. No podía evitar que la vida cambiara. Claramente no podía evitar que sucedieran cosas malas. Pero podía elegir en qué quería centrarse en la vida. Podía elegir por qué luchar, en lugar de contra qué luchar.
Jin deseaba amor, deseaba pertenecer. Quería ser entendido. Y Jungkook, el extraño, desquiciado y fantástico Jungkook, lo entendía. Dejaba que Jin fuera la versión real de sí mismo, no solo el niño dorado y superficial.
Jin lucharía por eso.
—Jay —llamó, sorprendido por lo ronca que salió su voz—. ¡Jay! —No hubo respuesta. Jin trató de moverse hacia el vampiro, doblando su pierna derecha, pero jadeó cuando el dolor agudo lo golpeó.
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SU ALTEZA *JINKOOK*
DiversosSegundo libro de la serie vampiros, la historia de Jimin y Yoongi de la adaptación My lovely Boy