Capitulo 1

100 18 2
                                    

1 año después...

—Querido, queridísimo, hermano mío.

Jin levantó la vista de su plato, entrecerrando los ojos hacia su hermano menor al otro lado de la mesa. Jimin tenía muchos apodos para él. "Chico de oro." "Imbécil." "Estúpido." Pero "Querido, queridísimo, hermano mío" definitivamente no era uno de ellos.

—Tengo que pedirte un favor —dijo Jimin, sus grandes ojos marrones muy abiertos y llenos de esperanza.

Jin tragó su bocado de pollo con cuidado, mientras la inquietud crecía en su estómago.

—Okey...

—Mira, Yoongi y yo hemos decidido tener una luna de miel adecuada.

Los ojos de Jin se dirigieron reflexivamente a su otro compañero de cena, el esposo de Jimin, cuyos ojos azul brillante estaban enfocados en Jin de una forma que definitivamente quería decir: "no te atrevas a joderme esto".

Jin lo ignoró con bastante facilidad. Estaba acostumbrado a que Yoongi lo mirara con furia.

Se volvió hacia su hermano con una sonrisa. —Eso es genial, Mimi.

Jimin asintió, tenía una amplia sonrisa y sus mejillas pecosas estaban rosadas.

—Lo es. Es súper genial. No vamos, um, a pasar tres semanas en Bali.

—¿Tres semanas? —Las cejas de Jin se alzaron. Hace poco más de un año, su hermano apenas se tomaba un fin de semana libre y trabajaba demasiadas noches seguidas como enfermero en la sala de urgencias del hospital local. Jin trabajaba como médico en el mismo lugar, y casi nunca había tenido un turno sin que la cara de su hermano apareciera en algún momento. Jimin había reducido su trabajo a dos turnos a la semana desde que se había establecido con Yoongi, pero aun así nunca se había tomado ningún tipo de vacaciones significativas.

—Tres semanas —Yoongi confirmó en un tono que le suplicaba a Jin que no hiciera un escándalo por eso.

Jin nunca lo haría. Ya no. Ya había terminado de interponerse en el camino de Jimin. Quería que su hermano tuviera... bueno, lo que sea que quisiera.

—De acuerdo. Eso sigue siendo... ¿genial? Bien por ti, chico.

Jin ni siquiera podía estar celoso de sus vacaciones. Realmente no. Jimin se lo merecía. Una vez que finalmente vio a su hermano siendo feliz, Jin se dio cuenta de lo infeliz que había estado siendo antes.

¿Y cuánto de eso fue tu culpa? Jin hizo a un lado ese pensamiento. La culpa era un sentimiento tan familiar para él que ya casi no lo reconocía.

Jimin seguía mirando a Jin como si esto tuviera algo que ver con él. —Sí. Pero la cosa es que yo esperaba...

—Necesitamos que vigiles al pulgoso —Confíen en Yoongi para que haga parecer que una petición es más bien una orden.

—Al pulgoso —Repitió Jin.

El pulgoso en cuestión —un mestizo de blue heeler de seis meses— yacía debajo de la mesa de la cocina olfateando los pies de Jin, claramente esperando que le cayera alguna sobra de la cena desde la mesa.

Jin se habría ofendido en nombre del cachorro si no supiera a ciencia cierta que Yoongi había elegido al perro él mismo, se lo había regalado a su esposo hambriento de mascotas y a menudo se le podía ver mirándolo con un cariño que normalmente reservaba solamente para Jimin.

—Ferdy es muy pequeño aún —Suplicó su hermano—. No lo quiero dejar con una niñera. Necesita a alguien conocido.

Jin se aclaró la garganta. —¿Y qué hay de tu, eh... compañero de cuarto?

SU ALTEZA *JINKOOK*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora