Reencribiendo la historia (Sebaciel)

23

¿Final?

-Es idéntica a ti...-decía el joven sentado en una mecedora cruzado de brazos y el ceño fruncido viendo como su demonio veía a la pequeña con amor y orgullo dormida en la cuna.

Sebastian sonríe y aparta la mirada para ver a su amo, acercándose a él.

-Dicen que el que más duro da más recibe, ¿No?-Le dijo mirándolo pervertidamente mientras lo tomaba de la mano levantándolo de su asiento, sentarse él y sentar al menor en sus piernas.

Ciel lo miro irónico mientras rodaba los ojos y cambiaba la dirección de su cabeza dirigiéndose a la cuna, mirándola con algo de tristeza.

-Undertake no le hará nada ¿Verdad?-Pregunto un temeroso Sebastian.

Ciel suspiro y lo miro enredando sus brazos en el cuello de su temeroso amante.
-Undertake no...pero él...-al decir eso Sebastian lo entendió y el "omega" se levantó de su lugar para cargar a la bebe.

Todo se quedó en silencio por un momento, Ciel observaba a su bebe tranquilo, hasta que su mirada se tensó.

-Él está aquí.-

El demonio se levantó tranquilo, ya lo sabía, así que solo se acercó a su amado, beso sus labios y la cabeza de la niña quien seguía dormida en los brazos de su madre.

-Hola hola~ -Se escuchó una voz forzadamente fina desde la ventana.

Sebastian no se molestó en contestar que ya se había abalanzado hacia el pelirrojo, claro, que lo hizo apropósito para que este esquivara su ataque y subiera hacia el techo.

-Que mierda quieres ahora.-No lo dijo como una pregunta, solo lo soltó al aire sin esperar respuesta mientras se colocaba sus guantes blancos.
-Hay mi Sebas~ -jadeo su nombre con un tono burlón.-Vengo por órdenes de mi "jefe".-Dijo usando comillas.-Por cierto...-

En un pestañeo el shinigami se encontraba en el oído del demonio.
-Ahora tranquilamente puedes decir que solo tienes una primogénita.- Sebastian sintió como el mundo se le cayó encima, sabía a qué se refería Grell, pero, si venia de él, probablemente sea falso y solo lo diga para provocarlo. Así que con la paciencia agotada y el terror detrás de él, con un impulso golpeo la cara del de rojo haciéndolo volar hasta un techo más elevado al que estaban.

-¿¡Cómo te atreves!?-Grito tocando su mandíbula que salio afectada.

Sin duda lo había hecho enojar.

En un segundo invisible Sebastian ya estaba detrás del shinigami pateándolo en el acto mandándolo hacia el patio cayendo en las rosas blancas, cosa que sorprendió al demonio, pues con esa patada se suponía que el shinigami debía de estar lejos.
-Sal de ahí si no quieres que arranque tu cabeza y la ponga en la entrada de la mansión.-Amenazo el demonio viendo las flores favoritas de Ciel destrozadas.
El shinigami se levantó algo enojado y luego de limpiar su ropa hizo aparecer en sus manos su típica motosierra.

-Así que esto va enserio demonio...-susurro irritado.

El de ojos recientemente rosas bajo acercándose más a su contrincante.

El de rojo se abalanzo corriendo hacia el siendo detenido por una varilla que se extendió hasta él deteniendo su acción.
-Paremos aquí Grell.-Se escuchó la voz familiar para ambos enemigos.

Sebastian suspiro y acomodo su chaqueta la cual había sido anteriormente desacomodada. Grell por su parte, estaba sentado en el suelo por el impacto que hizo la varilla en él.

-¿Por qué?-Pregunto William ya frente al pelirrojo.

-¡Porque Sebastian debería de ser mío!-Grito enojado.