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El embarazado abrió los ojos de par en par apretando con fuerza el libro que estaba en sus piernas.    
   -¿ Cuál sería esa forma?-Pregunto para asegurarse de que fuera seguro para todos.  
El shinigami sonrió, como siempre lo hacía, tétricamente. 
  -Bueno, es simple.-Se levantó de la silla y se colocó detrás del conde dando vuelta su silla haciendo que mire el paisaje.-Abandonas todo esto.-hizo que agachase la cabeza.-Por ellos.-   

Ciel no entendió al principio, pero antes de que pueda preguntar se dio cuenta de lo que se refería el de blanco, le estaba informando que volverían al futuro.         
-¿Me estás diciendo que volveremos, por así decirse, al futuro?- 
 

  Aunque el peli azul no lo vio, Undertake sonrió. 

-No usa las palabras correctas Conde, solo usted, solo usted y nadie más que usted en compañía de sus hijos volverán.- 

El ambiente se volvió tenso.  

-¿¡Que!?-Grito.- ¿¡Como que iré yo solo!?-Entro en pánico. 
-Así es Conde, solo usted es capaz de ir hacia allá. Deje le explico, tanto Sebastian como yo, no somos humanos, y ese pequeño viaje prácticamente nos mataría.- Se volvió a sentar en la silla mientras explicaba la situación.-Aunque usted no lo sabe, su mayordomo se ha debilitado demasiado, su fuerza no es la misma que tenía antes de volver, solo que ni él se dio cuenta, ya que no han experimentado una situación de riesgo. Y otro viaje de esos lo mataría, ¿Acaso quiere que sus hijos se queden sin padres y sufran algo similar a lo que sufrió usted?- 
-¡No!-Volvió a gritar asustado.-¡Ni si te ocurra pensar en que mis hijos les pase algo como lo que me paso!-

  Luego de unos minutos de puro silencio Ciel logro calmarse y poder procesar el problema.
-¿En qué me beneficiaria esto?-Pregunto tomándose del pelo y respirando hondo.  
-Prácticamente en todo. Como le dije antes, su caso es realmente único, y en el futuro, usted mismo lo vio, hay cosas que aquí ni están cerca de ser descubiertas.- 
  -Pero yo me estoy convirtiendo en demonio. ¿No sería eso peligroso?, o los bebes, ellos son demonios.-Planteo.     

Undertake suspiro y se reposo en la silla. 
-Mira Ciel, es muy difícil explicarlo. Pero tú no estás cien por ciento convertido en demonio, por lo tanto debes de pensar ahora mismo si quieres que tus bebes nazcan o no, porque, aunque yo sepa hacer cesáreas, tú no eres mujer. No tienes las mismas hormonas y no tienes el mismo cuerpo. Por los gemelos no te preocupes, ellos estarán bien, tu vientre y las cubiertas los protegerán.-Hizo una pausa.-Ahora sí, ¿Qué harás?, debe de ser en menos de cuarenta y ocho horas, cada segundo resta.-

  Ciel estaba alterado, aunque no lo pareciera, miles de preguntas pasaban por su mente haciendo que se estrese. Tendría que ir solo a un mundo nuevo para él, con el que apenas interactuó, no conocía nada, no sabía nada, no le podría explicar a Sebastian todo lo que Undertake le decía.  
  Aunque lo que más le preocupaba en ese momento era que iría solo, esa era la realidad.  En ese momento estresante sintiendo la sonrisa y mirada penetrante del shinigami un nombre paso por su mente cual luz.    

-¡Alois!-Grito poniéndose de pie y golpeando el escritorio con ambas manos. 
-¿El rubio que le está gritando a Sebastian porque quería pastel de frutilla y no de chocolate?-Pregunto mientras escuchaba el berrinche desde la otra habitación.  
-¡Sí!, ¡Ese!-Respiro hondo y se sentó mirando fijamente al shinigami.-Dime que él puede ir conmigo, después de todo, el sigue siendo humano.-Dijo mientras suplicaba que la respuesta le favoreciera.  
-Eh…-Pensó el de ojos verdes.-sé, no creo que haya problema, pero usted debería explicarle.-

Ciel le agradeció con un suspiro a lo que sea que lo haya ayudado en ese momento.  

-Muy bien pequeño, mañana a primera hora despertaran ambos en el futuro, por favor no se desespere, tendrá todo lo que tenía, y nosotros prácticamente quedaremos en el pasado aunque estemos en su presente.-Aclaro.      


Luego de decir eso simplemente desapareció.      



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Sebastian por fin podía salir de la habitación del rubio, en serio era caprichoso, no sabía cómo Claude lo podía aguantar, ahora entendía porque salto por la ventana. 

  Sin dudarlo se dirigió a la habitación de su amo al ver que las luces de la oficina ya se encontraban apagadas. Antes de tocar apoyo su oreja en la puerta, no se escuchaba absolutamente nada, aunque claro, el escuchaba el suspiro de su amo y las caricias que daba en su vientre.  
Como siempre, toco tres veces, y luego de tres segundos sin respuesta entro. En efecto, su amo estaba acostado apoyándose en la cabecera de su cama mirando el techo mientras tocaba su barriga. 
-Disculpa la tardanza Ciel…-Ofreció sus disculpas.  

El nombrado solo lo miro con un nudo en la garganta.
-Sebastian…-Dijo a duras penas.-ven…-le suplico disimuladamente. Sabía que esa sería su última noche junto a su compañero fiel, su gran y único amor, su demonio, el padre de sus hijos.            

  El demonio hizo lo pedido y se acostó a su lado acurrucándolo.
-¿Te encuentras bien?-Le pregunto mientras daba besos en su pelo.

Ciel no sabía cómo expresarse en ese momento, solo quería llorar para aliviar su situación actual, pero no podía, sería muy sospechoso, y si se iba a ir por casi un año, prefería hacerlo en silencio.
-Sebastian…-Aunque sonara muy sospechoso debía preguntárselo, tenía menos de veinticuatro horas para hacerlo.-¿Tu que hubieras hecho si esto no hubiera pasado?, nada de esto, que yo rompí el contrato y tú te irías.-  
  -No lo sé Ciel.-ahogo un suspiro.-Creo que ahora mismo estaría aburrido o estaría extrañándote.-

  Ciel rio en lo bajo mientras se le aguaban los ojos. Aunque no pareciera la gran cosa, para el sí lo era, ya que Sebastian tenía ese miedo de que él no lo dejara formar parte del crecimiento de sus bebes, y a crecimiento también se referían al vientre. Estaría fallando su promesa de dejarlo estar junto a ellos, haría que se pierda ese momento tan hermoso del crecimiento antes del nacimiento.     

Pero si sus bebes no podían nacer nada valía la pena, así que la decisión ya estaba tomada.  Así que aprovecharía esas horas.

-Me imagino, yo estaría igual…-Suspiro y lo largo.-Te amo…- 
Sebastian quedo helado, ese corazón que se suponía inexistente volvió a palpitar.
  -Sé que no te lo digo mucho pero—Fue interrumpido por el contrario quien lo tomo del mentó y lo beso.
  -Yo también te amo, siempre te amé y siempre te amare, no importa que hagas, todo tendrá perdón si se trata de ti…-Hablo mientras lo abrazaba.

El menor no resistió y simplemente se dejó llevar, sabiendo que Sebastian no lo perdonaría por lo que haría.
  -Te amo…nos amó, a los cuatro-Aclaro mientras Sebastian reía.  

Pues así era, Ciel se amaba, amaba a Sebastian y amaba a sus gemelos, por lo tanto, y aunque le duela, por eso mismo amor que siente debía despedirse de todo nuevamente.
  

    Y así, ambos durmieron, aunque con diferentes expectativas de lo que pasaría al despertar.
  






Holis, ¿Cómo están?  
Bueno, por favor, comenten como les gustaría que se llamen los enanos en espera, tanto nombre de niña como de niño.

Besos😘

Palabras;1230

Reencribiendo la historia (Sebaciel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora