Amarrada (Tied up)

Capítulo 6

MARÍA

Guardé todos los accesorios, ropa y zapatos que compré hoy en mi viaje a cada tienda que encontré por el vecindario.
Eran tantos, que pasé todo el día en la calle.
Estaba tan cansada de tanto caminar.
No cogimos el coche, así que caminamos a todos lados, y de vuelta al apartamento.

Preparé mi cena en el microondas, me serví una copa de vino muy frío, llené la bañera con agua caliente y sales relajantes.

Ver a Vlad, y ahora saber que vive al otro lado del pasillo, me hizo algo.
Me desnudé y me metí en la bañera.
Mi mente se fue a esa noche en el hotel, cuando vino a mi habitación y me tomó como la pequeña zorra que soy.

Empecé a presionar círculos en mi clítoris con mis manos. Los recuerdos de todo lo que me hizo se acercaban cada vez más a mi caída libre. Al alivio que busco.

Me corrí con su nombre en mis labios, fingiendo que era su boca la que me hacía correrme.
- ¡Vlad! - dije en voz alta mientras me corría.  - Dime lo que quieres, mascota.- dijo Vlad desde el arco de la puerta del baño.
Salté, salpicando agua por todos lados.

- Vi tu puerta de entrada abierta. Me preocupé.- dijo cogiendo una toalla y caminando hacia mí.
- Para mi sorpresa,- me ayudó a salir de la bañera y envolvió la toalla alrededor de mi cuerpo. - cuando entré gritabas mi nombre mientras te corrías.- secó mi cuerpo y me llevó al comedor.

Recostó mi cuerpo encima de la mesa del comedor.
- Abre las piernas. Coloca cada pie en la esquina de la mesa.- Obedecí. Exponiéndome de forma grotesca. Todas las luces estaban encendidas. No podía perderse ningún detalle de mi cuerpo.
- Eres. Jodidamente. Perfecta.- dijo cada palabra besando su camino hacia mi pierna.
Me tiró desde mis caderas hasta el borde de la mesa.
- Voy a hacer que te corras gritando mi nombre. Y vas a suplicar por ello.  -
No pude responder. Enterró su cara en mi coño y perdí la cabeza.

VLAD

La miré fijamente mientras hacía lo que le comentaba. Ella siempre obedecía sin dudar.

No podía creer lo que veía cuando entré a su casa. Vine a follarla pero cuando vi que la puerta se abría pensé que algo había pasado.
Cuando la vi dándose placer, con mi nombre saliendo de su boca como una súplica, pensé que estaba soñando.

Tenerla tendida sobre la mesa así para mí es más de lo que jamás podría fantasear.

Sabe a ella misma, pero huele a flores y a algo que no puedo identificar.

Se frota contra mi cara. Está cerca.
- Ruega, acaricia. Ruega por tu alivio. -
- Por favor, Vlad. Por favor. Hazme correrme. Por favor, te lo ruego, Vlad. - sus palabras hicieron que mi polla se estremeciera en mis pantalones.  Me levanté, me bajé los pantalones y me puse el condón que tenía en el bolsillo trasero, y embestí dentro de ella, trabajando su clítoris con mi mano hasta que se vino, apretando mi pene con su pared hasta que me corrí, temblando, dentro de ella.

Esperé un momento y la ayudé a bajar de la mesa.
- Vamos a limpiarnos. - Dije y la acompañé de regreso al baño.
Ella abrió la ducha.
- ¿Puedo verte mañana? - Le pregunté.
- Me gustará. Seguro. -
- 2 pm, mi apartamento. - La besé rápidamente en los labios y me fui.