Amarrada (Tied up)

Capítulo 14

MARÍA

Me desperté en el sofá con un dolor de cabeza muy fuerte, consecuencia de la horrible resaca que tenía.

Fui al baño y me puse de pie bajo la ducha fría.
Dejé que el agua corriera sobre mi cabeza, calmando el dolor.

Calenté el agua, poco a poco, y me enjaboné el cuerpo.
El jabón John huele a una mañana fresca en el campo.

Me envolví el pelo en una toalla y comencé a secarme el cuerpo cuando la puerta se abrió de golpe.
Un hombre pelirrojo muy soñoliento se paró afuera del baño.
- Oh, mierda. - dijo, se dio la vuelta, dejando la puerta abierta, y se fue.

De camino a mi habitación, le dije que el baño estaba libre.
Me vestí y fui a la cocina.

John estaba en la ducha.
Dejó el café preparándose para nosotros.
Estaba a punto de sentarme a tomar mi café cuando alguien llamó a la puerta.
Miré por la mirilla y era Vlad el que estaba afuera.

Fui al baño y llamé.
John abrió la puerta. Su cabello estaba mojado, goteando agua por su rostro. Su pecho desnudo, cubierto de vello rojo, también estaba mojado.
La toalla que tenía envuelta alrededor de su cadera deja poco a la imaginación.
- Vladimir está llamando a la puerta.- dije.
John me sonrió - quédate aquí- dijo, y caminó hacia la puerta.
John la abrió, Vlad, de pie allí, miró a John de arriba abajo.
- Perdón por molestar. ¿Has visto a María?-
- Sí. Todos los días. ¿Por qué? -
- Oh. No ha respondido a ninguno de mis mensajes o llamadas telefónicas.-
- ¿En serio?- dijo John - ¿Por qué no le preguntas a tu prometida, tal vez ella sepa por qué María no ha respondido a tus llamadas.-

Vlad se quedó congelado en la puerta.
- Ahora, si me disculpas, necesito vestirme.

JOHN

Después de cerrar la puerta María llegó a la sala.
- Gracias- dijo.  Sus ojos seguían bajando hacia la toalla que envolvía mis caderas. La vi desnuda ayer. Hoy es el momento de pagarle.

Hice un movimiento que aflojó la toalla, dejándola caer al suelo.
- Oh- dije, y le di tiempo suficiente para que me mirara lo suficientemente bien antes de tomar la toalla y envolverla alrededor de mis caderas nuevamente.

Su boca estaba abierta.
Le tomó un momento recuperar la compostura. Se dio la vuelta, de cara a la pared.
- Oh, mierda- dijo. - Supongo que estamos a mano ahora- caminó hacia la cocina y tomó su teléfono.

Esperamos a Claire, que llegó a la 1 pm, y fuimos al departamento de María a empacar.