Capítulo 4

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MARÍA
Sin pensar demasiado en la situación, hice lo que me pidió.
Me quité la camisa y me arrodillé frente a él.
- Quítame el cinturón, mascota- me ordenó, acariciando mi cabeza.
Desabroché su cinturón y lo saqué de un solo tirón.
- Qué hábil. Desvísteme.-
Desabotoné sus jeans y los bajé. No llevaba ropa interior.

Su pene estaba a la misma altura que mi cara. Pateó sus pantalones a un lado.
- Tómame en tu boca, mascota.-
Me quedé admirando su tamaño por un momento, antes de humedecerme los labios y tomarlo entero en mi boca.
Arrastré mi lengua de arriba a abajo por su longitud. Saboreando cada centímetro de su polla.
Lo tomé profundamente en mi boca, otra vez, ahogándome con su tamaño.

Sabe tan bien. Su pene es tan duro y aterciopelado.  Me detuve un momento, lo miré a los ojos y le dije - Quiero que me folles la boca, fuerte. Fóllame hasta que derrames tu semen por mi garganta. -
Recogió mi cabello en sus manos.
Relajé mi garganta y lo tomé con fuerza. Las lágrimas corrían por mi rostro.
Era despiadado y disfruté cada minuto de ello.
Se vino por mi garganta como un buen niño.
Lamí su polla hasta dejarla limpia.
- Has sido una niña muy buena. Ponte de pie, mascota. -
Hice lo que me dijo.
Metió su mano entre mis piernas y la arrastró hasta mi centro.
- Estás muy mojada - murmuró para sí mismo.
- Ve a acostarte en la cama, boca arriba. Manos sobre tu cabeza. - Obedecí.

VLAD

Miré a María mientras obedecía.
Ella se sube a la cama y toma la posición exacta que le ordeno.

Recogí el cinturón del suelo y caminé hacia su lado.  Me muevo sobre ella y aseguro sus manos con mi cinturón.
- No hay ningún lugar para atar esto, así que serás una buena mascota y te quedarás así.

Me muevo entre sus piernas abriéndolas para mí.
Me estoy volviendo loco por tocarla.
Me incliné sobre su oreja y dije. - Has sido realmente buena conmigo, mascota. Ahora es mi turno de hacerte sentir bien.

Le chupé el lóbulo de la oreja y ella gimió por mí.
Lamí su cuello, hasta la clavícula.

Sus tetas recibieron un tratamiento especial de mi parte.

Me tomé mi tiempo para poner cada pezón duro y rojo. Chupé y mordí, lamí y tiré de sus pezones haciéndola temblar debajo de mí.

Seguí bajando por su cuerpo, bebiendo la vista de su cuerpo desnudo.
Mi polla estaba lista para explotar.

Me arrodillé frente a ella y la miré por un largo rato.
Su cuerpo es perfecto.

Concentré mi atención en su coño.  Estaba tan mojada que brillaba en la penumbra.

Me acosté y enterré mi cara en su coño. Abrí aún más sus piernas, lo que me permitió acceder a cada centímetro de su culo y su coño.

Fue una locura. No podía dejar de chupar, beber de ella. Ella temblaba. Sus piernas se cerraron alrededor de mi cabeza.

Después de que no pudo soportarlo más, me puse de pie, tomé un condón de la mesa y lo puse en mi polla.

Giré su cuerpo y levanté sus caderas, exponiendo su culo para mí.
Me agaché y besé su trasero, antes de empujar mi carne dentro de ella.

- ¡Joder! Estás tan apretada. - No iba a durar mucho. Esto se siente tan bien.
María se corrió, su coño palpitaba fuertemente alrededor de mi polla. Ordeñando hasta la última gota de semen de mis bolas.

Liberé sus manos y la besé en la espalda.
Me levanté para deshacerme del condón.  Cuando regresé a la habitación, María estaba durmiendo. Me puse los pantalones, recogí mi cinturón y salí.

Amarrada (Tied up)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora