Capítulo 9

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MARÍA

No puedo expresar con palabras lo caliente que es esta situación en la que me encuentro.
La música sexy que suena hace que todo sea más sexy.

No puedo ver nada, lo que hace que todo sea mucho más intenso.

Se colocó encima de mi cuerpo, presionando su cuerpo contra el mío.
Empezó a besarme suavemente, bajando hasta mi cuello.
Se tomó su tiempo besando y lamiendo. Sus manos estaban por todo mi cuerpo.

Siguió bajando, haciéndome temblar bajo su toque.

Le prestó tanta atención a mis pechos como a mi cuello.
Pensé que me iba a correr ahí mismo. Necesitaba fricción en mi coño.
- Por favor, haz que me corra. Por favor. -
- Todo a su debido tiempo, mascota. -

Siguió torturándome. Besando mi vientre y mis muslos, evitando mi centro por completo.
Estaba desesperada.
- Por favor, Vladimir. Por favor. -

Finalmente se abalanzó sobre mí, quemándome la cara entre mis piernas.
- No te corras todavía, o te castigaré. -

Era demasiado tarde para eso. Tan pronto como chupó mi clítoris, me corrí.
Chupó y lamió hasta que mi cuerpo comenzó a temblar.

- Has sido una niña muy traviesa. - dijo. Metió dos dedos dentro de mí, follándome lentamente. Se llevó los dedos a la cara y dijo - Mira el desastre que hiciste. - y se lamió los dedos para limpiarlos.
- Ahora, - presionó su cuerpo contra el mío, poniendo su boca sobre la mía. Presionando su erección en mi entrada. - Voy a castigarte. -

VLAD

Puedo saborearla en mi boca.
Podría tenerla para el desayuno, el almuerzo y la cena, y nunca me cansaría de ella.
Desaté sus tobillos y su mano derecha.
- Date la vuelta, niña traviesa. - obedeció.

Até sus muñecas juntas en un poste y levanté sus caderas. Su glorioso culo está completamente expuesto para mí.  Le di una palmada en la nalga y volví al tocador para coger el tapón anal plateado y la botella de lubricante.

Me subí a la cama y presioné mi polla dura contra su ano y la azoté de nuevo.
Ella dejó escapar un gemido y un chillido.

- No se supone que disfrutes de tu castigo, niña traviesa. - Mordí su culo, dejando una marca en su carne. Ella gimió más fuerte.

Le mostré el tapón anal. Ella asintió.
Pasé mi lengua por su ano, metiendo y sacando mi lengua de su pequeño y apretado agujero.

Tomé el lubricante y puse mucho en el tapón anal y en su ano.
Empujé el tapón anal dentro de su ano, y ella gimió como respuesta.

Me puse un condón y me inserté en ella.
Todo mi cuerpo temblaba. Estaba tan apretada. Intenté con todas mis fuerzas no correrme, pero era imposible.
Esto se sentía tan bien.  Mi vista era una obra de arte.
Me corrí con fuerza, gritando su nombre.
Le quité el tapón anal y la desaté.
La tomé en mis brazos y la besé.

Tiré el condón a la basura y la abracé, apretándola contra mi cuerpo, y me quedé dormido.

Amarrada (Tied up)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora