Capítulo 19

13 4 2
                                    

La joven Kibutsuji al finalizar algunas misiones sencillas, ahora iba rumbo al distrito rojo, esta vez no era por misión de vigilar, sino por visitar a Gyutaro, aunque eso significaba que tendría que soportar las groserías y malas caras de Daki

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La joven Kibutsuji al finalizar algunas misiones sencillas, ahora iba rumbo al distrito rojo, esta vez no era por misión de vigilar, sino por visitar a Gyutaro, aunque eso significaba que tendría que soportar las groserías y malas caras de Daki.

Cómo siempre hacía, agudizaba su excelente visión observando los alrededores, ya que debía mantenerse alerta en caso de que notara la presencia de los cazadores, y no estaría tranquila hasta revisar todo el sitio. Y para llevar a cabo su vigilancia, optaba por ver desde las alturas en donde tenía una mejor vista, simplemente quería estar segura, antes de llegar con los demonios.

—Qué tal, chicos— entró por la puerta corrediza del balcón.

—¡Sayori!— alzó la voz con gran alegría el demonio. —Me alegra tanto que hayas venido...— la sonrisa de Gyutaro brotaba cada que la veía, y sus ojos mostraban un brillo de felicidad.

—¿Cómo han estado? ¿Ha habido problemas?— era parte de su trabajo averiguar los sucesos que ocurrían cuando no se encontraba.

—¡Eso deberías saberlo tú! ¡Es tu maldita labor mantener vigilados a los estúpidos cazadores!— contestó enfadada e irritada.

—Daki, no vine a incomodarte, yo sólo...— la interrumpieron.

—¡No me importa lo que digas! ¡No quiero escuchar tus inútiles explicaciones!— se acercó a la espadachín. —¡Ya estoy harta de ti, estúpida mocosa!

La chica escuchaba con atención, cada que venía era lo mismo, y ya es tiempo de saber por qué la trataba de esa manera tan altanera. Quería conocer el motivo para cambiar las cosas, pues en realidad le gustaría llevarse mejor con Daki, y no llegar a estas continuas peleas.

—Daki, ¿Por qué no podemos llevarnos bien? Después de todo, somos compañeras y lunas superiores— le miraba, intentando hablar mejor con ella.

—¡Nunca! ¡¿Escuchaste bien?! ¡Nunca!— su enfado aumentaba. —¡Tú no deberías ser una luna creciente! ¿Sólo porque tienes habilidades, crees que te igualas a nosotros? ¡Eres una maldita y mediocre humana!

La joven comprendía el enojo de la sexta creciente, pues aunque tuviera esa excelente visión nata, las artes marciales y lucha con katana; que fueron impartidas por Akaza y Kokushibo, no se comparaba con la fuerza y destreza de los demonios. Era una simple mortal que fue acogida por Muzan, mismo que la nombró "la séptima luna superior", y si él la colocó en esa posición, fue por algo.

—Y cómo si eso no fuera humillante, también quieres quitarme a mi hermoso amo, desde que llegaste el amo siempre te ha dado su atención...— su voz se quebraba. —¡Lo peor de todo es que vives a su lado! ¡No voy a permitir que me lo quites! ¡ES MÍO!

Sayori entendió, Daki tenía una imagen errónea de ella, todo este lapso la mujer demonio ha creído que su relación con Kibutsuji es amorosa, cuando la realidad es una paternal. Ese es el verdadero problema y frustración de la sexta luna.

El lirio rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora