CAPITULO 2

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                       ¿Qué hace él aquí?

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                       ¿Qué hace él aquí?


Al terminar mi día el dolor en mis talones es notoriamente punzante. Lo demandante que es este trabajo con poner a prueba a los nuevos empleados y la simple idea de que así serán las próximas semanas me desgasta.

No me quiero ni imaginar lo que mañana me espera.

Las luces de la ciudad se vuelven tenues conforme ingresamos al sector donde temporalmente vivimos y digo temporalmente por que siempre estamos en constantes movimientos, ningún lugar es seguro para nosotras si ellos siguen vivos.

Presto atención a las paradas procurando no cometer el mismo error que en la mañana cometí y mucho menos a estas horas de la noche.

Cuando por fin llego a la que es mi parada bajo del bus, el aire frio de la noche provoca que mi cuerpo se estremezca, ajusto mi abrigo para que cubra más zonas de mi cuerpo para sentir algo de calor. Camino por el pavimento con la única y hermosa compañía de la luna llena que hoy viste las calles con su luz natural.

Sin duda alguna no hay nada más bello que la luna en su máximo esplendor.

Antes de llegar a mi cuarto pasare por el de la vecina para recoger a mi hermanita, ya siento que la extraño. Cuando llego a mi edificio subo los escalones viejos que rechinan a cada paso que doy, el lugar no es muy bonito que digamos toda la edificación se encuentra en deterioro constante, de las paredes siempre se filtra humedad y sus pisos por milagro soportan todo.

Finalmente llego a la puerta del cuarto de mi vecina, toco esperando a que salga, pero en cambio sale una pequeña princesa de cabellera negra como la noche sin lunas ni estrellas y de ojos color marrones como la tierra.

—¡Alex ¡—grita en cuanto me ve abalanzándose a mis brazos, la tomo y la abrazo igual de fuerte.

Después sale la vecina quien nos ve con ternura—Alexandra que bueno que llegaste ya te extrañaba—señala a Lily.

—Gracias—me entrega la pequeña maleta con algunas pertenencias de Lily y concluyendo me despido yendo en dirección a mi cuarto.

Con Lily aun en brazos trato de abrir la puerta lo que se me complica, pero lo consigo—¿Por qué tardaste tanto Alex? —me interroga cruzando sus brazos y mirándome con el ceño fruncido.

—Perdón sumagestad no volverá a pasar —le hablo con sarcasmo y la dejo en el suelo, ella me regala esa hermosa sonrisa que siempre tiene.

Cierro la puerta y me dirijo a la cocina con Lily detrás de mí.

—¿Ya comiste? —pregunto mientras enciendo la cocina.

—Si, pero la señora Lulu no cocina tan bien—se sienta en el suelo jugando con su oso de peluche.

—¿Obedeciste en todo lo que te dijo? ¿te portaste bien? —asiente a todo lo que le pregunto lo cual me deja más tranquila.

Cuando termino de preparar una pequeña cena para ambas nos sentamos en la mesa puesta en el pequeño balcón que da vista a toda la gran ciudad. Tomo un poco de café caliente para tener algo de calor.

POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora