CAPITULO 5

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BARRETT

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BARRETT

El olor a tabaco invade toda la habitación, el wuisky ya no hace el más mínimo efecto en mí, es mi mejor amigo a la hora en la que los recuerdos aparecen escarbando en mi herida aun no sanada. Todo en esta casa tiene recuerdos, cada centímetro de ella es un clic de algún momento vivido. Eliminar recuerdos que resultan dolorosos no es fácil y mas cuando todo te lo recuerda haciendo sangrar esa herida que sin bien la trato de ocultar, no la puedo eliminar.

Este lugar es mi refugio. En la relativa oscuridad encuentro paz y en el silencio hay tranquilidad, como si el mundo se detuviera en silencio dejándome un vacío indescriptible, pero a la misma vez me diera la paz que tanto busco. La mierda de mi vida la olvido con mi vaso de wiski y en la oscuridad de mi despacho.

Observo la pintura de mi bella esposa, maldición, su belleza es inigualable pero la vida la apago. El retratista se quedó corto, pero logro captar gran parte de su divinidad en ese cuadro.

No la supero y no creo hacerlo.

Tocan a mi puerta lo que hace que me moleste—¿Qué quieren? —grito a quien sea que arruine mi tranquilidad.

—amo soy yo—la voz irritante de la ama de llaves habla. Tomo asiento en mi sillón de cuero negro.

—Déjame en paz.

—Hay un inconveniente.

Siempre fastidiando con su presencia. Últimamente se está tomando atribuciones que no le concierne, cree que no me he dado cuenta de cómo usa su puesto para generar autoridad y un día le mostrare lo que en verdad es tener porte autoritativo.

—Pasa, maldita sea—vere cuál es su estúpido inconveniente y después que se largue.

Entra sosteniendo de la muñeca a la chiquilla que vi en el piso haciendo un completo desastre con el agua para trapear. No me dio una buena impresión, su torpeza es algo que me molesta.

Mi primera impresión de ella deja mucho que desear, su desastre provocado por su torpeza me indigno, claro la puerta se abrió repentinamente pero ¿desde cuando debo pedir permiso para ingresa a la que es mi casa? . Se enojo y puedo decir esto por la forma en la que sus ojos renegaron cuando me miro instantáneamente, pero todo enojo desapareció en cuando me vio bien, vi como su semblante cambio y sus ojos se iluminaron con cierta luz de inocencia y asombro asomada en ellos, puedo tomarme el atrevimiento de decir que quedo impresionada y quien no.

Trae algo en las manos, pero no logro distinguir que es. María la trae de forma brusca y juntas se paran frente a mí.

Después de analizar todo el lugar de forma curiosa, esta se toma el atrevimiento de mirarme a los ojos, puedo notar como cuestiona todo con ellos, pero si sigue así terminara mal.

—Amo, esta mujer arruino uno de sus suéteres favoritos—inquiere la ama de llaves.

Tanto escándalo por un maldito suéter, esta mujer sin dudas está buscando cualquier excusa para correr a esta chiquilla. Volteo los ojos soltando un largo suspiro buscando paciencia.

POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora