|SIGUE SOÑANDO|
ALEXANDRA
He aprendido tantas cosas aquí sin querer: no puedo ser tan débil y dejarme engañar por algo que aparenta ser bueno. Pero el problema es que no puedo llevar a cabo eso, mi tonto corazón se ilusiona tan rápido y no es como si me pasara todo el tiempo, pero con este hombre simplemente no puedo.
Estoy enamorada de él y lo admito, después de querer negármelo a mi misma hoy lo admito, sin embargo, eso no significa que algo se de entre nosotros, aunque ya ha pasado muchas cosas que jamás pensé que pasarían, para el solo han sido momentos pasajeros y eso me lo dejo mas que claro.
No puedes dejar que tu corazón tome control de ti, porque si lo hace te vuelve débil.
Palabras que Zoé me dijo en cuanto le Conte todo, la pobre lo podía creer lo que le decía y nos encontrábamos igual, yo tampoco lo asimilaba por completo. Pero paso no lo podía negar y no puedo decir que me arrepiento por que eso esta de más, de nada cambiará lamentarse, pero no se volverá a repetir lo que aquella noche paso.
Pero aquí estamos no me he rendido por que esto no es lo más fuerte que me ha pasado, si pase por tanto esto solo será una piedra en el zapato, solo basta quitarla y dejara de molestar.
—¿Hoy vendrá Zoé de nuevo a cuidarme? —habla mi hermana sacándome de mis molestos pensamientos.
—Así es cariño—respondo dejando el cepillo de cabello aun lado y la siento en mi regazo—saldré otra vez, pero no tardare.
Mi hermana me regala una sonrisa cálida mostrando la ausencia de uno de sus dientes delanteros. Se le cayó esta semana, está cerca de cumplir los seis años y aun no sé qué regalarle si...un pastel de chocolate, una casa de muñecas o ese pardes patines que tanto desea.
—Saldrás de nuevo con el Drácula—inquiere y yo asiento con una sonrisa—ten cuidado te puede comer.
—No te preocupes que no permitiré que me vuelva a comer—le sigo el juego, pero cuando me mira con su mirada analítica me doy cuenta que hable de más. Justo cuando me va a preguntar algo tocan la puerta de mi habitación lo cual agradezco.
—Alex el señor Barrett te esta esperando—habla Zoé.
Le respondo diciendo que me espere unos minutos, tomo el frasco de pastillas que Margot me receto, me la llevo a la boca y con un vaso de agua la ingiero. Tomo mi bolso y acomodo mi vestido, hoy iré de nuevo con esta prenda supongo que para lo que voy resultara mas cómodo. Zoé ingresa a la habitación para quedarse cuidando a Lily, se que no es su trabajo, pero no confió en nadie para que cuide a mi hermana y después del acontecimiento con María mucho menos, aunque ya haya pasado mucho tiempo de eso, no confió en ella.
—Quiero ir a la cocina por un vaso de agua—inquiere Lily.
—Vamos juntas—Zoé se ofrece para llevarla.
Entonces salimos las tres juntas de la habitación, tomo de la mano a mi hermana y bajamos los escalones, en el primer piso se encuentra Barrett con los dos guardias. Me despido de mi hermana depositando un beso en sus dos mejillas esta sonríe y después junto con la morena entran a la cocina.
—Ya está chimuela—habla Barrett. Su comentario me extraña por el sarcasmo escondido en él, lo que muy raramente pasa.
—Amaneció de buen humor—le respondo.
—Porque no—se da media vuelta y se encamina en dirección a la salida.
Pero claro, porque no iba a estar de buen humor, si hoy su títere le cumplirá su sueño mas anhelado. De mala gana sigo sus pasos hasta que ambos nos encontramos en el auto, este enciende y se pone en marcha.
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POR CONTRATO
Romans¿En algún momento has sentido el temor a ser encontrado? Es ese sentimiento de angustia que llena tu pecho cuando escuchas los pasos de la muerte tan cerca de ti. Así es la historia de Alexandra, una joven que a luchado por mantenerse con vida y cui...