CAPITULO 10

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La que es mi nueva habitación es bastante espaciosa, es igual o mas grande que nuestro cuarto en el apartamento. Su cama es grande y sus sabanas de color azul marino fueron lo único que me gusto, si bien la habitación es muy espaciosa, todo desde su decoración hasta el color en las paredes es triste.

La habitación de mi hermanita es igual: grande y sobria. A Lily le dio miedo pasar la primera noche aquí por lo que a hurguillas llego hasta mi habitación y durmió conmigo como siempre lo solemos hacer.

No niego que a mí también me dio cierto sentimiento extraño el estar en este lugar, pero supongo que poco a poco me iré acostumbrando a todo esto. Y las preguntas curiosas de Lily no se hicieron esperar.

"¿Qué hacemos aquí Alex?"

"¿Por qué todos nos miran mal?"

Fueron algunas de las preguntas que formulo antes de que el sueño la venciera por completo, responderé a cada una de sus inquietudes, pero eso no será ahora.

Hoy iremos a la cita con la doctora, habíamos quedado de que iba a ser el próximo lunes, pero supongo que el tirano no se pudo aguantar por lo que decidió hacerla hoy sábado, aun me sorprende que tenga tanta influencia que convenció a la doctora de hacerla hoy.

Me preparo colocándome una falda suelta con una blusa que muestra mis hombros y mangas que llegan hasta mis codos, también me coloco unos zapatos blancos que no se si combinen del todo con las prendas que uso, pero me siento cómoda usándolos. También me roció un poco de mi loción favorita y colocándome mi collar familiar me encamino a la salida, no sin antes despertar a mi princesa que duerme cómodamente entre sabanas de algodón.

La muevo un poco tratando de despertarla, ella se queja y retuerce un poco y después poco a poco va abriendo los ojos. No me gusta dejarla sola en esta casa llena de personas que no les gusta mi presencia como María y la señorita Eva en quien pude notar el disgusto que le causo mi presencia cuando llegue.

—Lily despierta—hablo bajo y suave—tengo que salir y quiero verte despierta.

En cuanto escucha eso se reincorpora de golpe—Saldrás y me dejaras sola en esta casa tan grande.

Si fuera por mí nunca la dejaría sola en esta mansión, pero no puedo llevarla conmigo a la cita, además sé que Zoé la cuidara bien, al menos en ella y Anastasia puedo confiar—Regresare pronto, Zoé te cuidara acaso no son las mejores amigas.

Bromeo y ella sonríe asintiendo. Después de que aceptara quedarse con Zoé entra al baño para cepillarse los dientes y tomar una ducha, mientras la espero guardo el resto de cosas que me hace falta en mi cartera. No sé lo que hoy me espera, ni tengo conocimiento sobre los tipos de estudios que me realizaran solo espero no sea nada doloroso por qué al dolor le tengo pavor, y pensar que dentro de nueve meses estaré sintiendo el dolor más grande que una mujer puede experimentar.

Simplemente esa idea me aterra aún. Todo pensamiento es eliminado cuando Lily sale de la ducha y se encamina a la cama donde ya le dejé su ropa, me mira pidiéndome que me voltee y eso hago, siempre mi señorita grande puede con todo.

Cuando finalmente termina la ayudo peinando su cabello azabache y cuando vienen a tocar la puerta informando que el tirano me quiere abajo salimos de la habitación. Llevo a Lily de mi mano y con cuidado bajamos las escaleras, cuando ya estamos por llegar al primer piso vemos a dos hombres trajeados de negro, con lentes oscuros y un aparato en sus oídos que supongo son sus comunicadores, Barrett se encuentra delante de esos dos hombres que se encuentran con la vista al piso.

Con una señal le ordeno a Lily hacer silencio a lo cual asiente y obedece, nos acercamos cautelosas y cuando finalmente reparan en nuestra presencia es el mismo Barrett quien me pide que me acerque.

POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora