Rain
El pasado no tardó en reaparecer. En volver a despertar ese miedo. Esa sensación de aislamiento donde solo estamos mi cabeza y yo.
¿Cuándo dejarán de perseguirme?
No pierdo la esperanza que ese día llegará, pero temo que sea con mi muerte.
Nunca imaginé que empezaría el primer día de prácticas de esta manera. Sintiéndome miserable y sucia. Con el peso de sus manos sobre mi cuello.
Es difícil pasar la saliva con el nudo que tengo atorado en la garganta.
Obligo a mis piernas a levantarse y me dirijo al armario a colocarme el uniforme mientras maquillo mi cara y me trenzo el cabello.
Salgo hacia la cocina, pero no tengo apetito, así que omito la parte del desayuno y solo coloco una de las píldoras de la mesilla bajo mi lengua.
«No de nuevo»
Sé perfectamente que cada vez que la tomo, mi cuerpo se vuelve un manojo de papel a punto de incinerarse. Y hoy no es la excepción.
Mi estado de ánimo es deplorable, que ni la fresca mañana de otoño lo mejora.
Paso el peso de un pie al otro en espera del conductor que me llevará hacia el hospital.
Necesito conseguir un auto pronto. No me puedo dar el lujo de depender de otros.
Diez minutos después de haberme subido en el auto, este estaciona en la entrada del inmenso edificio de 50 pisos.
«Ritcher» susurro su nombre.
Muchos matarían por trabajar en un lugar con tanto prestigio como este, pero a mí lo único que me apetece es ver su caída.
Por dentro es aún más imponente y majestuoso. No importa a qué lugar mire, todo está repleto de equipos médicos de última generación.
«Ya entiendo porque Andrew presumía tanto de este sitio»
Recorro las estancias hasta llegar al área de cardiología. Llevo media hora de retraso y no me queda otra opción que correr hacia el fondo del pasillo dónde se encuentra una multitud de residentes.
«No llames la atención» me digo, pero es demasiado tarde.
Tropiezo con el desnivel del piso y cierro los ojos en espera de un golpe que no llega.
Lo único que percibo es el aroma cítrico que invade mis fosas nasales. Y sí, proviene de la misma persona que sostiene mi brazo.
Alzo la mirada en busca del dueño de ese olor, pero me toma varios segundos reaccionar ante el atractivo del ser que tengo al frente.
¿Por qué no me responde el cuerpo? ¿Por qué no me sale la voz? ¿Acaso es otro de esos sueños?
¡No! Muevo la cabeza en señal de negación.
Justo ahora el entorno con paredes blancas me trae demasiados recuerdos y se acumulan dentro de mi cabeza como un torbellino.
Pero la realidad no tarda en sacudirme de golpe, enfocando al hombre alto de piel morena que pega un grito y deja a todo el mundo quieto.
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Bucle [+21]
Teen FictionTras las paredes de un hospital, Rain ha sido prisionera de un bucle de dolor y manipulación que se repite sin fin. Nacida para ser un experimento, criada para ser un objeto, su existencia ha sido una lucha constante por la supervivencia. Pero cuand...