Abismo

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Rain

En los últimos meses, mis horas de sueño se han visto afectadas por las múltiples pesadillas que siempre me acompañan. Pero anoche, ninguna de ellas salió a relucir.

Es como si todas se hubieran esfumado de golpe, como sí mi dosis de fortaleza fuera la persona con cabello alborotado, sonrisa resplandeciente y ojos color esmeralda que duerme plácidamente sobre mi cama.

Hoy mi humor no podría ser empañado con nada, ni por el clima cálido de julio.

Los rayos de sol se cuelan por la rendija de la cortina y caen sobre mi rostro; provocando que pose mí brazo encima de los ojos.

Quisiera perder la capacidad de pensar y que mi cabeza se mantuviera en blanco. «Todo sería más fácil».

Pero para mi suerte, ese no es el caso.

Tengo que armarme de todo el valor y hacerle frente a lo que me espera.

Desde hace ocho años, mis manos no han parado de mancharse de sangre.

El que la vida de una persona dependa de mí. Lo vivo a diario como médico, pero también lo vivo a diario como asesina.

Nada le quita la satisfacción de escuchar las suplicas de las personas que te hicieron daño. Nada en lo absoluto.

Sé que el precio por cada vez que me ensucié las manos será demasiado alto. No está bien lo que hago. Tampoco tengo ningún derecho en decidir sobre su vida.

Pero para su mala suerte, desde hace mucho tiempo que nada está bien conmigo.

Andrew Belgström y sus esbirros; se encargaron de asegurase que recordara todos y cada uno de los días de encierro.

El asunto con Marck fue diferente, siempre trataba de mostrarme el lado bueno de la moneda y yo había sido lo bastante ingenua, que terminé por creérmelo.

¿Cómo no iba a hacerlo? Si ni siquiera sabía lo que era ser amado por alguien.

Por supuesto, alguien que no fuese Billy Rossi.

Es extraño que después de una semana rememore lo ocurrido, pero debía ponerle punto final a la historia que desde un inicio fue manipulada.

Salgo de la cama directo a la ducha dejando que el agua fría me ayude a repasar los siguientes movimientos.

El primero y más importante; hablar con Bi larga y profundamente. Ya que mañana tendré que reincorporarme a Ritcher.

Al salir del tocador, me encuentro con unos ojos verdes observándome desde el pie de la cama.

— Nemmeno i lividi sul tuo corpo oscurano la tua bellezza, pioggia—«Ni los moretones de tu cuerpo oscurecen tu belleza, Rain»

Pierdo la compostura cuando me habla de esa manera, siempre ha provocado que mi cuerpo se estremezca, es una sensación rara, pero para nada incómoda.

— Me parece que alguien ha dormido bien—sonrío, al ver que no queda nada de los ojos apagados de ayer.

— No ha cambiado el hecho, de que tú seas la única persona con la que puedo descansar de esta manera a excepción de...—se interrumpe sola antes de soltar esa confesión.

— ¿De?—pregunto con curiosidad.

— Es una tontería olvídalo—peina su cabello con nerviosismo, mientras engrano las piezas en mi cerebro.

— Aja, una tontería de cabello rizado y ojos claros, querrás decir—la molesto.

— Es demasiado temprano para que empieces con eso, Rain— su enojo me hace recordar cuando solíamos discutir por tonterías como ¿A quién temían más? A ella o a mí.

Bucle [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora