Bucle [+21]

Huracán

Rain

El sonido del móvil invade mis tímpanos, apenas y puedo diferenciar las cosas estando a oscuras; lo tomo y me coloco en la oreja antes de que pare de timbrar.

— Por Dios, Rain no me digas que Estados Unidos te ha vuelto una ermitaña, esperaba que estuvieras feliz de escucharme— Billy grita eufórica con el ruido de una fiesta de fondo.

Son pasadas las tres de la mañana y no sé ni dónde mierda se encuentra, sin embargo me imagino lo que debe estar haciendo.

— ¿Bi?

Ahora sé que la sensación de incertidumbre era por ella. Quería oírla pero no llena de esa porquería en su cuerpo, me queda claro que se pasó todas mis advertencias por donde más pudo.

— Te extraño sabes — se le entrecorta la voz.

— ¿¡Estas drogada Billy, otra vez!?—le reclamo.

Le cuesta aceptarlo, me parte el alma ver en lo que se está convirtiendo día a día.

«Es mi culpa, debí obligarla que parara cuando lo hizo por primera vez»

Regañarla solo empeoraría las cosas y la necesito más centrada que nunca.

— ¿Estás bien? ¿Dónde estás?—bajo el tono de voz atiborrandola de preguntas.

— ¡Hey! ¡Hey! tranquila una a la vez, que estar colocada me vuelve lenta—se ríe como si fuera algún chiste.

Desearía poder tomarla del brazo y zarandearla para que reaccione de una buena vez, pero no puedo.

— No estoy para tus bromas, así que responde.

—No te enojes—suspira—estoy en Canadá, relativamente cerca de ti.

— ¿Y en Canadá no existe cobertura, redes sociales o aún no se inventan los mensajes de texto?—pregunto con sarcasmo.

— Lo siento, es que...—la línea se queda en silencio.

— ¿Qué ocurre? dilo de una buena vez Bi o vas a terminar acabando con mis nervios.

— Vinieron por mi Rain—solloza—tuve que hacerlo.

El móvil se me resbala de las manos, el «tuve que hacerlo» que dice, me confirma que son capases de encontrarnos así estemos en el culo del mundo. 

— ¿Te hicieron daño?—trato de no titubear, desearía no hacer esta pregunta, en realidad desearía no hacer ninguna que involucre ese tema—debí estar allí para impedirlo pero esta puta distancia me jode Bi, me jode cada vez más.

— Supe solucionarlo—su voz entrecortada me hace saber que sigue llorando—siento que no puedo más con todo esto ¿Qué hago? ¿Dónde me escondo? necesito tener un minuto de tranquilidad en lo que me resta de vida.

Eso es algo imposible ahora, pero lo vamos a lograr como lo prometimos.

— Muy pronto älskling, te lo aseguro—trato de calmarla un poco, así sea inútil—estoy haciendo lo mejor que puedo y por cómo van las cosas nos veremos muy pronto.

— ¿Sí?—dice con ilusión y me la imagino apartando esas lágrimas de sopetón, la conozco, sus cambios de animó son un sube y baja cuando es presa de los alucinógenos—trataré de dejar esta mierda a un lado, te lo aseguro.

— Hazlo por ti, por nadie más. A pesar de todo me alegra saber que estas bien y que no llegaron a ponerte un dedo encima—suspiro, pero esta vez es de alivio—tengo que colgar Bi.

—Bien...

— Cuídate por favor—me despido.

Estoy a punto de aplastar el botón rojo de la pantalla pero...