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Tal como dijo Haruhiko, llegaron alrededor de las 7 de la mañana, con toda la paciencia del mundo bajaron del avión junto a sus pertenencias y compras hasta el auto, donde los esperaba Seiichi.

—Es un placer volver a verlos, Haruhiko-Sama, Mi señor Misaki— El azabache de inclinó ante la presencia de los dos.

—¡Es un placer verte también, Seiichi-san!— Respondió Misaki.

Luego de dejar todas las cosas en el auto partieron de regreso a la mansión Usami, en el transcurso Haruhiko recibió una llamada.

—¿Bueno?— Respondió apenas recibió la llamada. Misaki observaba con curiosidad, no podía escuchar lo que decía la persona en el teléfono.— Bueno, me agrada como va la situación, llegaremos pronto.— Luego de esas cortas palabras, el mayor cortó, Seiichi observó de reojo, él habia sido informado y estaba al tanto de la situación en la casa Usami.

—¿Pasó algo?— Misaki preguntó a Haruhiko.

—Tanaka me preguntó si ya estábamos en camino, le dije que llegaremos pronto.—Dijo con simpleza, en si, Tanaka si le preguntó eso, así que no estaba mintiendo.

—Oh, ya veo— Misaki se sintió más aliviado.

—¿Hay algo que quieras desayunar en particular?— Misaki se imaginó postres y se le hizo agua la boca.

—Una tarta de fresa estaría bien, aunque creo que no es saludable para comer en el desayuno.

—Seiichi, pide una tarta de fresa a domicilio.— Ordenó, el nombrado acató la orden inmediatamente— Al llegar tomarás un té, luego podrás comer la tarta— Misaki escucho con una sonrisa.

—Gracias, Haruhiko-San— Habló con las mejillas rosas, concentrando su vista en sus piernas.

—Cariño— Misaki sintió sus mejillas aún más calientes y eso pasó a otro nivel cuando Haruhiko lo tomó del mentón para robarle un beso en los labios.

—¡¡N-N-No deberías hacer eso!!— Gritó tapándose su boca—¡Seiichi está en el auto!— Sintió vergüenza porque el azabache haya presenciado aquella acción tan vergonzosa.

—¿Viste algo, Seiichi?— Preguntó Haruhiko aflojando un poco su corbata.

—Absolutamente nada, Haruhiko-Sama— Seiichi presionó un botón e inmediatamente se activó una especie de pared negra que impedía la vista del conductor y el copiloto hacia los asientos traseros, de las ventanas no se preocupaban porque todas eran polarizadas.

—Ahora no hay nadie más que pueda observarte, cariño.— Dijo con una pequeña sonrisa ladina.

—¡KYAA!— Gritó Misaki al sentir las manos de Haruhiko en sus glúteos.

...

—Estás perfecto, cielo.— Dijo Haruhiko luego de haberle puesto una sudadera a Misaki, porque este decía que no quería que Tanaka viera las marcas que el castaño mayor dejó en él.— Aunque luciendo mis marcas te verías mejor— Susurró en su oído.

—¡Mira, ya-ya llegamos, vamos!— Apresuró Misaki, sentia que había un depredador en el auto y no era él, específicamente.

Seiichi se apresuró a bajar las cosas de la maletera mientras Haruhiko todavía estaba entretenido devorándole la boca a Misaki.

—Ha-Haruhiko... ¡Mngh!.. san... Apresurémonos en entrar...— Decía Misaki de manera dificultosa, teniendo a
Haruhiko alzándole la sudadera y dejando notorias marcas en su abdomen.

—¿Quieres que me apresure a entrar en ti?— Preguntó burlón, Misaki le asestó un pequeño golpe en la cabeza, el mayor río.— Lo siento, cariño— Acomodó la ropa de Misaki— Vamos.

Seiichi había pasado gran parte de las cosas y ahora solo tenía la maleta de Misaki en la mano, siguió por detrás en silencio a los otros dos que ya habían salido del auto.

Cuando Misaki entró a la casa Usami, su sonrisa decayó, tal vez debió ser al revés, pero realmente no era el caso. Frente a él, en los sillones de la entrada de la mansión se encontraban Usagi y su hermano, Takahiro.

Ambos se levantaron al ver al castaño menor, quien por el repentino movimiento que dieron, retrocedió un paso.

Haruhiko se preocupó al ver al menor temblar así que se puso frente a él, cubriéndolo con su cuerpo, no se equivocó cuando sintió como las manos del menor se aferraban a su espalda, sosteniendo su sacó con palpable nerviosismo.

—¡Misaki!— Llamó Takahiro con una sonrisa al ver a su pequeño hermano, pero esa sonrisa decayó al observar el neutral rostro del castaño mayor.—¡Tú!, ¿¡Qué le haces a mí hermano!?— Preguntó con el ceño fruncido, Misaki tembló por el grito que dió, su hermano se caracterizaba por ser alguien de eterna paciencia.

—Le pido que baje la voz— Pidió Haruhiko de la manera más calmada que podía.

—¡Deja ir a Misaki!— Espetó Usagi con enojo.

—¿Por qué lo haría?— Preguntó el castaño mayor.

—¡¿Misaki, este hombre te está obligando a hacer trabajos denigrantes?!— Misaki no era capaz de articular palabras alguna, Haruhiko observó al pelinegro frente a él con una ceja alzada, ¿Ese era el hermano de Misaki?, No se parecía en nada al castaño de ojos verdes tras él.

—¡Misaki!—Usagi se acercó al menor con la intención de tomarlo del brazo pero fue detenido por Haruhiko.—¡Suéltame!

—¡No te atrevas a tocar a mi prometido!— Expuso, dejando boquiabiertos a los dos frente a él.

—¿De qué hablas?— Preguntó Takahiro desconcertado—Misaki, ¿De qué habla este tipo?— Misaki ni siquiera lo miraba—Misaki— Volvió a llamar.

—Seiichi— Llamó Haruhiko, tuvo al nombrado al instante— Despide a Akihiko.

—¡No tienes derecho a echarme!— Espetó furioso.

—Varias veces negaste pertenecer a esta familia y relacionarte con nosotros, ¿Ahora reclamas?— Haruhiko también se estaba cabreando.— Seiichi— Volvió a llamar, al nombrado no le tuvieron que decir más y doblo ambos brazos del peliplata detrás de su espalda para sacarlo del lugar.

—¡Déjame, Misaki, tenemos que hablar!— Se sacudía y trataba de safarse del azabache—¡Tú no perteneces con él!— Gritó antes de ser metido al auto negro con rudeza.

—Tanaka— Llamó esta vez al mayordomo, que antes solo había alcanzado a saludar suavemente porque luego el lugar se llenó de griteríos.

—Digame, Haruhiko-Sama.

— Lleva a Misaki a su habitación, prepárale una manzanilla, dentro de poco llegará su pastel de fresa así que asegúrate de que obtenga cuanto quiera, dijo que tenía antojos de fresas, llama al jefe de las tierras del Sur y manda a traer dos jabas de la mejor cálida de sus fresas.— Dictó, Tanaka ya estaba escribiendo todo en una mini agenda y terminó asintiendo.

Haruhiko volteó a ver a Misaki y tomó sus manos que antes se aferraban a su sacó para besar cada uno de los nudillos con amor.

—Descansa un poco cariño, hablaré con tu hermano— Terminó la frase dando un suave beso en la frente al ojiverde y este asintió, pero en sus ojos aún se notaba la preocupación.— Todo está bien.—Se alejó del menor.—Por favor, Joven Takahiro, acompáñeme a mi oficina.— Pidió de manera cordial al hermano de Misaki.

—Yo no voy a acompañarte a ningún lugar, debo hablar con Misaki.— El mencionado, que estaba subiendo las escaleras en compañía de Tanaka se encogió sobre sí al escuchar su nombre, pero no detuvo su andar.

—Me temo que eso no será posible por ahora, así que le doy a elegir, pues soy una persona generosa.— Haruhiko cambio su rostro a uno totalmente frío una vez Misaki estuvo fuera de su campo visual.— Puede decidir no acompañarme y me encargaré de despedirlo personalmente, asegurándome que no volverá a ver a Misaki jamás en su vida... O podría acompañarme.— Volvió a pedir de manera amable, más su rostro permaneció serio, está vez Takahiro asintió.

   ཻI Know You So Well Love ུ۪۪ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora