━━━𝗟𝗮𝗻𝗶𝗲𝗿 era un joven mitad británico mitad francés, británico por parte de su padre y francés por parte de su madre. El chico era bastante listo, por lo que había decidido seguir aquello que su padre tanto quería que fuera: ser cirujano. El...
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El procedimiento ya había comenzado. Belle, concentrada, seguía las instrucciones que Jack le había dado antes de salir de la habitación. La tensión era palpable, pero ella se mantenía firme en su tarea, consciente de que la vida de la madre y del bebé dependían de cada movimiento preciso que hacía.
Mientras tanto, fuera de la sala, Jack y Tim intercambiaban palabras cargadas de preocupación.
──En cuanto dé a luz, la colgarán──dijo Tim con enojo, caminando de un lado al otro, inquieto por la situación.
──No si ya está muerta──murmuró Jack, su mirada clavada en el suelo, cargada de pesar.
Tim se detuvo en seco, acercándose a Jack con incredulidad.
──¿Cómo puedes decirme eso?──exclamó, desconcertado y claramente al margen del plan.
Antes de que Jack pudiera responder, Fagin apareció, asomándose por la puerta con una expresión despreocupada.
──No puedo darle otra botella, Dodge. Este sujeto podría tomarse todo el puerto──dijo con sarcasmo.
Jack, alejándose de Tim, se acercó a Fagin para ver la situación por sí mismo.
──¿Está muy alegre?──preguntó, lanzando una mirada rápida al interior.
──Borracho como una cuba──respondió Fagin, medio sonriendo.
Jack asintió, sabiendo que eso jugaba a su favor.
──Bien. Trata de que se ponga lúgubre──le indicó a Fagin, con un tono más firme.──¿Y Flashbang y Aputi?
──Están en tu cuarto bebiendo el resto de mi maldito licor──contestó Fagin, con un tono de molestia.
Jack asintió, comprendiendo que se tenía que apresurar.
──Necesito un cadáver de mujer de la morgue──dijo con urgencia a Fagin.
Fagin, con una sonrisa astuta, respondió.
──Iré a decirles──y se retiró rápidamente.
Jack se asomó un poco para observar el progreso de Belle, quien estaba concentrada en el procedimiento junto a Hetty.
──¿Cómo va todo ahí dentro?──preguntó con una mezcla de ansiedad y esperanza.
Belle, sin apartar la vista de su tarea, respondió.
──Casi. Ya la tengo.
──Ahora, tira hacia arriba y fuera──indicó Dawkins desde el interior de la habitación.
Belle hizo lo que se le indicaba, y pronto el llanto del bebé se hizo audible. Lanier, desesperado, se movía de un lado a otro, cruzado de brazos, mientras esperaba noticias. Olimpia, con una sonrisa amplia, se apoyaba en la pared, mostrando una mezcla de curiosidad y emoción.
