𝑴𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍 (𝑪𝒐𝒃𝒂𝒊𝒏 𝒙 𝑹𝒐𝒔𝒆)

ᴛɪᴇɴᴇs ᴇʟ ᴅɪᴀʙʟᴏ ᴇɴ ʟᴏs ᴏᴊᴏs

𝐴𝑢. 𝐴𝑥𝑙 𝑑𝑒𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜 𝐾𝑢𝑟𝑡 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑜

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Dicen que los ojos son el reflejo del alma. Ellos hablan por nosotros. Dicen todo lo que sentimos. Pero...¿qué pasa cuando un ser no tiene alma y esta lleno de maldad?, bueno este es el caso de Axl.

Axl Rose, es el demonio favorito de Satán y el más temido por los ángeles. Imponía respeto y temor entre el cielo y el infierno, incluso en la tierra. Pero Axl no quería caer.

-¿Me llamaba, mi señor? -hablo con una sonrisa al hombre sentado frente a él- ¿en que puedo poner mi sucias y malvadas manos por usted?

-Mi querido Axl, mi mejor demonio -le dio su mano indicando que besara esta, Axl lo hizo gustoso- hay un humano, un capricho mio, un humano...quiero su alma, querido -le explicó con una sonrisa afilada y juguetona- te necesito para esto

-Si no es molestia, mi señor...¿porqué me mandaría a mi, un simple demonio?

-Oh querido, no eres un simple demonio, eres mi favorito -le dijo sonriendo- y por eso confío en ti

Axl guardo silencio. Escucho con atención a su señor y aceptó el trato a cambio de más comodidades en el infierno.

-Y recuerda las reglas Axl. De lo contrario serás enviado a la última puerta -le advirtió seriamente- sabes que allá arriba no puedo hacerte nada, pórtate bien -soltó una risita-

-Claro, mi señor -le dijo antes de ser enviado a la tierra donde debía encontrar a un humano en específico para corromperlo-

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Tenía en la mira al humano. Un hombre de unos veinte, rubio y de piel clara, casi blanca. Estatura intermedia no pasando los 1.80 pero pasando los 1.70. Aun no se fijaba en su rostro, pues este estaba de espaldas concentrado en una cuerdas de guitarra.

La gente pasaba a su lado, no podían verlo, asique no sería raro que se le quedé mirando.

-Bueno, ¿cuanto más tengo que esperar para hacer desastre? -bufo aburrido- ¿porqué parace que me está mirando? ¿me está sonriendo?, que lindos ojos

Kurt por su lado sentía una mirada muy penetrante a su espalda, disimuladamente miro hacia atrás, observando a un hombre de rojo cabello y piel blanca.

Lo escucho hablar y bufar aburrido. Se dio la vuelta y lo miro, ganándose una mirada confundida. Con amabilidad sonrió.

(¿Esas son alas?) -se preguntó mentalmente aun con una sonrisa-

Se acercó rápidamente a pagar por sus cuerdas, pues la suyas ya estaban muy gastadas y casi estaban por romperse. Pago y salió, aquel hombre aun lo miraba pero con admiración y picardía. No camino hasta el desconocido si no que simplemente siguió su camino propio, sintiendo como era seguido pero no se alarmó.

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Al llegar a su apartamento, ubicado en una zona peligrosa pero bonita, se giro para mirar directamente al ser que lo seguía.

-¿Quién eres?, ¿por qué me sigues? -lo miro de frente- ¿eres un angel? -sus ojos se iluminaron al preguntar-

-¿Un angel? -lo miro y cruzó sus brazos, en el proceso soltaba una carcajada- por supuesto que no querido, soy todo lo contrario

-¿Qué eres entonces?, oh, ¿un angel caído?

-...yo no me quería caer, niño -le dijo con una sonrisa- y esa es una bonita forma de decirlo