Luca
Matteo se detuvo en mi cara.
—Permitiste que la pequeña mierda que secuestró a mi hija y mi esposa entrara en nuestro territorio y anduviera matando gente.
—Cressida obtuvo lo que se merecía.
Matteo resopló. Cada una de nuestras últimas peleas había sido sobre cómo había manejado la situación con la Camorra después de que Alex y sus dos amigos pusieran sus manos sobre Isabella y Gianna. Entendía su ira demasiado bien. Maldita sea, era el loco protector de nosotros dos.
—¿Y cuándo Alex y Remo recibirán lo que merecen, y no me refiero a una jodida bienvenida en nuestra ciudad? No los quiero aquí, ni ahora, ni nunca. Los Falcone atacaron a alguien en nuestro territorio, debemos retribuir. Marcella negó con la cabeza.
—Matteo, ese pedazo de mierda y su familia hicieron apuñalar a Gulf. El chico probablemente nunca tendrá hijos. —Marcella tocó su vientre redondo, y tragó con fuerza. Palmeé su brazo. Sin querer que se exaltara—. Estoy bien.
—Es inútil mimarla. Se enoja conmigo cada vez que lo intento —dijo Maddox. Cuando Marcella lo eligió, la Famiglia estaba en un gran revuelo. Ahora la elección de Mew superaría eso. Mis hijos eligieron el amor, y estaba llevando a la Famiglia al borde de una guerra interna. — Tenemos suerte de que Alex no haya incendiado Nueva York y todos los malditos miembros de la Famiglia. Está jodidamente loco. Incluso peor que su padre. Maldita sea, Luca. No puedes permitirles ser parte de nuestra reunión. Estamos en guerra. Y no quiero la paz con estos bastardos.
—No puede haber guerra —dijo Marcella—. Mew no vivirá sin Gulf, no después de lo que pasó, no de nuevo. Si no negociamos una tregua, perderemos a Mew. Lo ama como tú amas a Gianna y papá ama a mamá. —Y yo te amo —le recordó Maddox. Puso los ojos en blanco, pero sonrió para suavizar el golpe. Aún me costaba creer que mi pequeña hubiera elegido a un motero, un enemigo del pasado. Era irónico que Mew también tuviera que elegir un enemigo. No estaba seguro si esto era una señal de una mala crianza por parte mía y de Aria, o no.
—Matteo, necesitamos esta paz. Gianna e Isabella estarán más seguras sin una guerra.
—Estarán más seguras si matamos a todos los Falcone.
—Eso no sucederá.
—En serio no puedes considerar hacerlos de la familia. No estaré en la misma habitación con Alex Falcone sin matarlo.
Matteo giró sobre sus talones, salió y casi chocó con Mew, luego sacudió la cabeza y se fue sin decir una palabra más.
Mew se volvió hacia mí con una mueca.
—No se lo está tomando bien.
—Quiere proteger a Gianna e Isabella.
—Estarán más seguras con los Falcone como familia. —Puedo hablar con ellos —sugirió Marcella—. Estoy segura de que Gianna e Isabella votarán por la paz. No les importa la venganza. Y Matteo escuchará lo que digan.
Se puso de pie.
—Eres la única mujer embarazada que usa tacones de diez centímetros — dijo Mew con una sonrisa tensa.
—Mew, trece centímetros. Los hombres de verdad necesitan aprender a medir. Y tengo seis meses, este bebé no saldrá mañana, así que relájate. Tenemos otras cosas de las que preocuparnos.
Maddox le dio una sonrisa en la que no quería detenerme a analizar.
Marcella besó mi mejilla antes de palmear el pecho de Mew y susurrarle algo al oído que lo hizo tragar pesado y asentir. Luego se marchó.
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6 DESTINO RETORCIDO
FanfictionSERIE CRÓNICAS DE LA MAFIA LIBRO 6 🤍 Contenido 🔞 🤍 Escenas Explícitas Adaptación sin fines de lucro. Esta historio NO nos pertenece, todos los créditos para el autor de la misma. Agradecimientos a los traductores de la historia.