37

101 13 0
                                    

Gulf

Una vez que me quitaron el yeso y el médico me autorizó a viajar, seis semanas después del ataque, papá me permitió volar a Nueva York por primera vez.

Mew tuvo que volar de regreso a Nueva York hace una semana, lo que me costó bastante convencerlo, pero necesitaba mostrar presencia en la Famiglia. Esta sería la primera vez que conocería a su familia y su mejor amigo. Estaba nervioso, pero también emocionado. Aún era difícil comprender que Nueva York sería pronto mi hogar.

Papi me acompañó en el vuelo y por eso papá también. Papi quería ayudar a Aria con los preparativos de la boda, ya que aún no estaba lo suficientemente en forma para correr de un lugar a otro. Estuve feliz de darles tanta libertad con sus decisiones como quisieran. Papi conocía mi estilo, así que estaba seguro de que estaría feliz con el resultado. Papá se reuniría con Luca para su primer encuentro como futuros suegros. El pensamiento aún parecía extraño y estaba un poco preocupado por su encuentro, aunque papá me había asegurado que estaría bien.

Mew nos esperó en el aeropuerto. Aún necesitaba usar muletas, aunque podía caminar unos pasos sin ellas. Doblar la rodilla todavía era difícil y tomaría semanas de más fisioterapia antes de que pudiera caminar sin una cojera notoria.

Mew me levantó del suelo cuando me alcanzó y me besó. Sentí una sensación de absoluta felicidad inmediatamente que me permitió olvidar las dificultades de mi lesión en la rodilla.

Me volvió a bajar, pero no me soltó. Lo había extrañado, así que estaba ansioso por su cercanía.

—Mis padres nos esperan para la cena.

—Qué placer —dijo papá. Papi le dio un codazo en el costado, pero no reaccionó.

Me senté con Mew en la parte delantera del auto, su mano sosteniendo la mía. Papá ignoró nuestras muestras de afecto.

Mi ritmo cardíaco se aceleró cuando nos detuvimos frente a la casa Suppasit. La última vez que había estado allí estaba ansioso por razones muy diferentes. Ahora me preocupaba si les caería bien a los Suppasit. Tenía a mi familia en Las Vegas, pero sabía que la vida en Nueva York sería más fácil si me llevaba bien con la familia de Mew, sin mencionar que también significaría mucho para él.

Mew me dio una sonrisa tranquilizadora y me ayudó a salir del auto. Antes de que llegáramos a los escalones conduciendo a la puerta principal, esta se abrió y Aria se detuvo en el umbral. Su sonrisa cálida me golpeó como la luz del sol y alivió mi ansiedad de inmediato. Le sonreí a medida que Mew me ayudaba a subir las escaleras.

Aria intentó no abrazarme, aunque Mew había mencionado que era de las que abrazaban. Tal vez una vez que la conociera mejor, podría abrazarla.

—Es tan maravilloso verte de nuevo.

Luca se detuvo detrás de su esposa. Me dio una sonrisa pequeña. Sabía que era un hombre imponente, alguien que asustaba a muchos, pero como me recordaba a Mew y porque estaba acostumbrada a mi padre y mi hermano, en realidad no me sentí receloso.

—Gulf. Bienvenido a nuestra casa.

—Gracias. Es un placer.

Mew me condujo pasando a sus padres a la sala de estar de modo que nuestros padres pudieran saludarse. Su hermano Valerio, un hombre que debe ser Maddox, el esposo de Marcella, y ella que estaba muy avanzada en su embarazo, se sentaban en el sofá. Todos se levantaron cuando entramos. Incluso Marcella logró levantar rápidamente su barriga notablemente grande. Al verla, recordé la oferta de Papi. Aún no le había dicho a Mew de eso. Necesitaba tiempo para procesarlo y decidir qué quería hacer al respecto. Pero sabía que esto no era algo que pudiera decidir solo.

6 DESTINO RETORCIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora