Confesión

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MARATÓN 1/2Lima, Perú

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MARATÓN 1/2
Lima, Perú.
4:30 pm

Estaba pendiente a las palabras de Néstor, mientras nos daba un discurso de ánimo antes del partido, junto con sus asistentes, nos daba jugadas y nos indicaba que debíamos hacer en el partido. Kevin Castaño, a mí lado, estaba viendo su teléfono, se encontraba en Instagram viendo Reels, por un momento me distraje chismoseandole lo que estaba viendo. Hasta que me di cuenta de que reconocía el rostro de la persona que aparecía en el vídeo.

—¿Que estás viendo?— le pregunté.

—Es como una página de chismes, parece ser que una empresaria está saliendo con un tal Daniel—me explicó, sin darle importancia, y pasó al siguiente reel.

Se me prendió el foco, ¿Daniel?

Le quité el celular a Castaño— ¡Oiga!

—Shito— devolví el reel, y lo que ví me dejó tieso.—¡¿Qué?!—me sobresalté, y todo el mundo volteó a verme.

—¿Qué pasó, Richard?— Néstor me miró con el ceño fruncido—. ¿Está prestando atención?

—Sí señor, una disculpa por la interrupción—. Todos volvieron a lo suyo y yo ví una vez más el reel, no lo podía creer.

Con que Gabriela estaba saliendo con el baboso ese, que mal gusto.

—Oiga, ¿A usted que le pasa? ¿Ese grito que fué?—me preguntó Kevin, quitándome el celular.

—No es nada—le respondí.

—Ajá, ¿Quien es esa tal Gabriela?—indagó más.

—No es nadie importante— me encogí de hombros.

—Ya, le creo mucho. Solo le digo que no se distraiga, mucho menos antes del partido, tiene que darla toda hermano—. Yo le asentí, con el ceño fruncido.

Castaño me lanzó una mirada preocupada, como si pudiera ver a través de mi fachada. No podía dejar que esto me afectara. No ahora. Respiré hondo y me obligué a escuchar a Néstor, quien ahora hablaba de cómo debíamos cerrar los espacios y mantener la presión alta. Intenté enfocarme en cada palabra, pero la molestia seguía ahí, debajo de la superficie, lista para estallar.

James me tocó la espalda, lo que hizo que volteara a verlo.

—Papi, no sé que es lo que tiene, ni que pasó. Pero ahorita lo necesito centrado, lo que esté pasando fuera del estadio no importa, ¿Listo?— eso me reconfortó un poco, le di una media sonrisa y le agradecí.

ODIOSA ATRACCIÓN - RICHARD RÍOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora