¿Donde estás?

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MARATÓN (1/5)

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MARATÓN (1/5)

Quiero dedicarle este maratón a todas las que se esforzaron por cumplir la meta de los comentarios y votos para que pudieran ganarse el premio: Hol_a12_1234 Nicolewelster Mcsfexx sofiasoyyo_ Mikey_mi_varon50 pitufamediana00 Evieex10, si se me está olvidsndo una perdon ajsjjss, pero tengan en cuenta que estoy muy agradecida porque me encantaaaa leer comentarios, y más que todo cuando veo que esta historia les ha hecho sentir muchas emociones, entre rabia, tristeza y alegría. Y de verdad me llena eso porque lo hago con todo el cariño y con esa intención, que ustedes disfruten la lectura. LAS QUIEROOOO.

Me desperté de a poquitos cuando el sol me dio en la cara, automáticamente estiré mi mano buscando el calor del cuerpo de Richard, sin embargo solo obtuve el frío de las sábanas. Suspiré, recordando que él iba a irse temprano para el aeropuerto. El hecho de que no lo iba a ver por un tiempo me ponía de malas para empezar el día, Brasil no estaba muy lejos, pero iban a ser miles de kilómetros a distancia de él por unos cuantos días.

Me quedé un momento más en la cama, abrazando la almohada que aún tenía su aroma impregnado, antes de decidir levantarme. Tenía una sensación rara en el estómago, sin embargo, no presté mucha atención, seguramente era hambre.

Tomé mi celular sin encontrar nada interesante por ver, Richard no me había escrito, y además ya no tenía foto de perfil, que raro. Le mandé un corto mensaje antes de levantarme a hacerme el desayuno.

Richi

Espero te haya ido super en el vuelo :)
Cuando aterrices me llamas por fis❤️

No me extrañé cuando vi que no le llegaban los mensajes, seguramente aún estaba dentro del avión.

Pasaron dos horas, tres horas, y cada vez me extrañaba más que el bendito mensaje no llegaba. Eso incrementó la extraña sensación que tenía en el estómago, pero esta vez estaba segura de que no tenía hambre.

Intentaba calmarme a mí misma con pensamientos como: "Seguramente el Internet del avión no funciona bien" o " Tal vez está dormido". Pero, por más así no pude calmar esa sensación que ahora se extendía por mi pecho.

Decidí distraerme un rato, prendí el televisor mientras revisaba cosas del trabajo en mi portátil. Pero no podía evitar revisar mi celular cada cinco minutos. El tiempo pasaba y con él, la ansiedad crecía.

ODIOSA ATRACCIÓN - RICHARD RÍOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora