Ante tus pies ★ Minjoong

25

Mingi suspiró mientras veía con ojos de adolescente enamorado como Hongjoong le cortaba los waffles y los llenaba de miel y fruta para enviarlos a su boca.

— Gigi, di "ah". — llevó la porción a la boca ajena.

— Ah. — abrió la boca recibiendo los waffles, masticando gustoso porque le habían salido perfectamente a su chico.

— ¿Sí están ricos? Me esforcé. — preguntó interesado, esperando la crítica, pero recibió un asentimiento efusivo que lo hizo sentirse satisfecho.

Ese día no se encontraba el servicio y en resumen, luego de la agitada y candente noche ambos habían dormido gustosamente, los detalles abarcaban en que habían tenido relaciones hasta que ambos dijeron basta, más bien Hongjoong se había rendido por segunda vez, cayendo exhausto en los brazos de Mingi ante el último orgasmo, lo habían hecho en todas las posiciones y de todas las formas que querían, la última fue en el baño mientras ambos se aseaban, habían quedado en que la última iba a ser en la habitación pero con los besuqueos de Mingi y el efecto de la droga aún en el sistema de Hongjoong habían follado una última vez como acuerdo, y en serio fue la última porque Kim se habia rendido luego del baño, siendo atendido por el mayor que estaba feliz por su desahogo sexual pero preocupado por su amado tanto como furioso por el hecho de que el que estuviera fuera del país era peligroso, depredadores acechaban a su dulce ovejita, no iba permitir que volviera a suceder.

Un médico privado también los había visitado, era el medico de confianza de Mingi ya que aunque no lo pareciera, había recibido más heridas en su cuerpo de las que podía contar o recordar.

3 horas antes...

— Mi amor, despierta. — regó besos por ese rostro angelical.— Es hora de levantarse, tienes que comer y un Doctor está en camino. — pasó su nariz suavemente por la mejilla ajena.— Pétalo, tienes que despertar.

Se removió entre los fuertes brazos que lo tenían agarrado con tanto amor, frotó su mejilla con la contraria y de a poco fue abriendo los ojos.

— Jum... — tenía los ojitos ya entreabiertos tratando de enfocar la imagen borrosa de Mingi, aunque ya viera borroso debido a su miopía podía distinguir ese precioso rostro tallado por Dioses que estaba esperando a que despertara por completo.— ¡Cariño, buenos días! — se aferró a su cuello para regalarle un sinfín de besos en el rostro, luego junto sus frentes en un dulce besito esquimal.— ¿Descansaste? No me digas que me volví a desmayar.

— Lo hiciste, mi vida. — lo miró preocupado, parecía estar bien pero sus ojitos se encontraban rojos.— Tengo que hablar contigo.

Hongjoong frunció el entrecejo, confundido y ya preocupado también, así que se sentó en la cama pero de lo abruptamente que lo había hecho se había mareado, caía en cuenta de que sentía la cabeza pesada y si sentía un poco de náuseas, por la emoción de ver a Mingi ya en sus 5 sentidos no le habia prestado atención a los sintomas que tenía.

— Me duele la cabeza. — sostuvo con sus dos manitos su frente.— Lo siento, continúa hablando, por favor.

— Es sobre eso, ángel. — se sentó en la cama también, levantando su cuerpo para sentarlo sobre su regazo.— Sé que es difícil escuchar esto pero... Te drogaron, mi amor. — acarició su rostro.— Supongo que fue con fines de abusar sexualmente de tí. — acarició sus muslos que con mucho amor había vestido con unos shorts que compró precisamente para él en su viaje a su país natal.— Puede que no recuerdes varias cosas porque estuviste delirando la mayor parte del tiempo, lo que te dieron fue muy fuerte para tí y también explica porque tenías tantos deseos sexuales. — agarró sus manitos para poder ver su rostro y sus expresiones.— Pero Felix llegó a tiempo, tú no me respondías y yo estaba tan preocupado que te llamé, quería darte la sorpresa de que ya estaba aquí pero decidí dejar eso de lado, Felix me respondió y fui por tí, seguro recuerdas eso ¿Verdad? — recibió un asentimiento de parte ajena.— De hecho son muchas cosas las que pasaron mientras estabas en esas condiciones.