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Hongjoong que ya estuvo a punto de agarrar su chaqueta de vuelta se había detenido, quedando completamente en pausa, luego volteó a verlo con los ojos entrecerrados y resopló.

— No debí contarle que me gusta comer. — golpeó suavemente su frente contra un perchero cercano. — Pero tengo hambre y olvidé mi billetera.

No podía estar más gustoso de la tragedia de alguien, y aunque estuviera mal eso significaba que podía gastar dinero en el menor, aunque sea un poco.

— Elige, yo pago ¿Quieres que comamos aquí en el centro comercial o quiere ir a otro lugar?

— Aquí está bien, hay un lugar italiano que hace unas excelentes pizzas, espero le gusten a usted. — regresó seguido del contrario a la recepción.— Vendré mañana luego de la universidad, abuelo. Quiero platicar los detalles contigo, el Señor Song me dijo que lo sorprendiera ¿Puedes creerlo?

Abuelo y nieto se tomaron de las manos mientras platicaban.

— Gracias, Señor Song. Supo como entusiasmar a mi Hongie. — con una suave reverencia expresó su gratitud, Mingi solo sonrió.— Adiós, copito. Cuídate y las galletas estuvieron deliciosas, si puedes traer más mañana hazlo, y mándale saludos a Felix, no dudo que ya casi se esté mudando contigo.

— Ya sabes cómo es, no le gusta estar solo, le mandaré tus saludos. — se despidieron ya rápidamente al igual que Song, solo quedaba tomar marcha hasta el restaurante italiano del cuál le había hablado.

No les tomó demasiado llegar ya que el espacio de comida y recreación no se encontraba lejos de allí, Hongjoong había entrado saludando al personal y yendo directo a pedir, como si fuera cosa de todos los días ir a es lugar, a Mingi eso le extraño un poco pero suponía que era un cliente regular, el lugar se veía pintoresco, como las calles de algunas ciudades de Italia, daban completamente las vibras, abundaban los tonos cálidos y el olor a pasta recién cocinada con un sazón especial.

— Buon pomeriggio, Lucca! — saludó claramente en italiano el menor.

— Oh, Hongjoong! Mia bellissima cliente, siediti, non ho dubbi che tu voglia una pizza con mozzarella extra. — le respondió recibiendo un rápido asentimiento de parte del mencionado.— E vieni accompagnato, pizza lara do allora.

— ¡Sí! ¿Cómo le gusta su pizza, Señor Song? — levantó la mirada para poder conectarla con la ajena.

— Uno con funghi e spinaci. — le habló Mingi al de servicio y se retiró para buscar un lugar para ambos.

— Tienes la voz más seductora que he escuchado en toda mi vida, Hongjoong. — ahora el extranjero se encontraba ligeramente en shock luego de recibir tal sorpresa.— ¿Dónde conseguiste a ese espécimen en peligro de extinción?

— No sabía que hablaba italiano, ni mi italiano es tan bueno, debería practicar más. — arrugó un poquito la nariz recibiendo un "Oww" no solo de parte del llamado Lucca sino también de un par de personales ¿Y por qué todos le preguntaban de dónde había sacado al Señor Song?— Te contaré luego lo que sucedió, ahora quiero dos pizzas y de tomar un buen vino.

— All'ordine!

Levantó el pulgar antes de irse como señal de aprobación, buscó con su mirada a sus acompañante en cuestión y fue a sentarse junto a él, se encontraba mirando su celular con una expresión muy seria.

— ¿Le sucede algo, Señor? — se sentó en frente suyo con una expresión de ligera preocupación.

— Mis hermanos son idiotas. — dejó su celular en la mesa soltando un suspiro.— Voy a mandarlos a Rusia a vivir en un búnker si siguen así.

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora