16

350 43 22
                                    

Mingi no dejó que Hongjoong continuara preguntando, solo tomó su cintura para pegar sus cuerpos y unir sus labios en un beso lento, estuvo anhelando ese momento desde hace mucho tiempo y era tan hermoso como lo había imaginado, los labios del más bajo eran deliciosos y joder, eran el el paraíso mismo. Por inercia Hongjoong también había correspondido, no terminaba de procesar lo ocurrido pero eso no evitaba que quisiera saborear la boca ajena.

En cuanto se separaron pudo hablar, no quería pero ya era obvia la falta de oxígeno.— No podía irme sin hacer eso.

El menor estaba atónito, aún no podía creer lo que estaba pasando, había deseado un beso de ese hombre por un lapso de tiempo considerable y justo cuando ya había pasado la impresión no lo soltaba.

— Yo... — intentó formular una frase concisa, lo cual evidentemente no le salía como esperaba.

"¡Rápido, Hongjoong! Di algo, pensará que no te gustó." Le había gritado su subconsciente, claro le había correspondido pero por lo menos algo debía decir.

— Lo siento, Hongjoong... No quise hacer algo incorrecto.

Mingi estaba a punto de soltar el cuerpo contrario pero en cuanto este sintió que iba a tener aquellas fuertes manos lejos de su cintura lo tomó de su chaqueta con ambas manos para iniciar otro beso.

No necesitaba palabras, solo demostrarle que todo era mutuo ¿Cierto? Además, ¿Cómo no iba a corresponderle a Song Mingi? Sería un completo tonto.

Prolongó el beso solo un poco más y se separó para verlo a los ojos, llevando sus manos a acunarle el rostro.

— Mingi... — acarició sus pómulos.— Deberías quedarte esta noche conmigo.

— Sería todo un placer, precioso. — levantó el cuerpo ajeno con todo el cuidado del mundo para que pudiera enredar las piernas en su torso, ingresó hasta poder cerrar la puerta detrás de ellos e ir al sofá a acomodarse con su chico en su regazo, agradecía que el vestido tuviera una abertura que facilitaba la posición en la que se encontraban.

— Entonces, Gigi. — acomodó mejor sus piernas a los costados del cuerpo ajeno y colocó sus manitos en su pecho.— ¿Si te gusto?

— Gustar es una palabra muy leve para todo lo que siento en esto preciso instante. — admiró a detalle a la obra de arte sobre si mismo.— ¿Qué imperio habré salvado yo en mi vida pasada para tenerte sobre mi, con ese vestido y luciendo jodidamente hermoso y sensual?

Hongjoong se sonrojó fuertemente y cubrió su carita al instante, sonriendo nervioso sobre sus palmas.

— No creo que sea para tanto...

— No estás viendo lo que yo. — paseó sus dedos por los muslos gorditos del contrario hasta llegar a sus caderas y hacer leves círculos con los pulgares.— Baja tus manitos, precioso. Quiero verte.

Los nervios lo carcomían y eso aumentaba con los toques sobre su cuerpo ¿Qué no se daba cuenta? Además estaba hecho un tomate, pero Kim Hongjoong no era alguien cobarde, así que exhaló despacio y bajó sus manos, en cuanto lo hizo una de sus ellas fue tomada por el mayor para besar el dorso de esta.

— Tu familia tiene razón, eres tan bello y único como un copo de nieve. — plantó un pequeño beso en la comisura de sus labios.— Eres elegante, eres sofisticado, eres delicado, eres atrevido, eres sensual, eres alegre, eres confiado, eres brillante, eres arte, eres tan Hongjoong y por eso me encantas. — plantó otro beso en su mentón.— Despiertas cosas en mí que no sabía que podían despertar y siento que hago mal en tener pensamientos tan... Ni siquiera voy a dar detalles sobre ello. — esta vez si dió un beso corto a los belfos ajenos.— Eres demasiado.

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora