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Hongjoong sorprendido abrió su boca, al final terminó sonriendo gustoso ¿Qué hacía el Señor Song vagando por las calles a esas horas de la noche?

— Buenas noches, Señor Song ¿Qué hace usted por aquí y a esta hora? Hace frío. — tiró su cabeza suavemente hacía un costado, confundido y luciendo adorable para Mingi.

— Buenas noches y esa misma pregunta te hago yo a tí, está nevando, Hongjoong. — bajó de su coche y caminó hasta ponerse frente al más bajo, tenía la nariz rojita y los labios un poco secos, producto del frío. — No deberías andar solo a esta hora ¿Sabes? — cubrió los hombros ajenos con su abrigo.

El gesto ajeno había hecho que el corazón de Hongjoong palpitara un poco más rápido de lo normal.

— Estaba a punto de pedir un uber, solo quería caminar un poco, ya me voy a mi casa, no se moleste en llevarme, por favor. — rogó con sus manos juntas en modo de súplica.

— No harás que cambie de opinión, sube. — le abrió la puerta del copiloto y le ayudó a subir ya que era un poco alto para el menor, cerró su puerta y subió él también.— ¿Me responderás ya qué hacías caminando a esta hora y por sobre todo, solo?

Se abrocharon sus cinturones y Mingi tomó rumbo al apartamento de Hongjoong, mientras el segundo nombrado ponía su ubicación en el gps del auto.

— Yo le pregunté primero. — retiró la boina que tenía puesta para cubrir su cabecita del frío. Song no podía evitar notar que el cabello contrario ahora estaba oscuro.

— Salgo del trabajo, no está tan lejos de aquí.

— Y yo comía con un amigo, acabo de terminar una sesión fotográfica. — respondió instantáneamente.— Fue su forma de pagarme el favor que le estoy haciendo, sabe que no aceptaría dinero.

— Comprendo... — así que era su amigo.

Salió de la oficina dirigiéndose sin hacer ni un paro más en el edificio hasta la zona en la que se encontraba aparcado su coche, no tenía ganas de tener más contacto humano hasta el siguiente día, no soportaría escuchar la voz de otra persona en ese momento.

Así que condujo rumbo a su casa, a beber un buen vaso de vodka y a descansar hasta el día siguiente y tener la misma rutina monótona de todos los días. No podía explicar lo aburrido que se estaba formando su vida desde hace unos años, al principio el comerciar armas se le hacía interesante, había hecho negocios, levantado su propia empresa, innovando y mejorando por sobre todo, gracias a su intelecto y buena mano para esto, era reconocido internacionalmente por su trabajo, estaba orgulloso de ello, cada día duplicaba más el dinero en su poder.

A casi mitad de camino había reconocido a una persona, sabía a la perfección quien era y ¿Qué hacía a esas horas de la noche fuera y con la nieve cayendo? No... ¿A quién estaba abrazando en ese momento? Era alto, se veía de la misma edad que Hongjoong y era notablemente guapo. Apretó el volante un rato y en cuanto ambos estuvieron lejos uno del otro siguió a Kim, no lo tomen por acosador, temía que le pasara algo pero el menor ya había caminado tres cuadras en lo que parecía ser un divague.

Se atrevió a aparcar frente a él y hacer la propuesta de llevarlo a su casa, no podía ni quería dejarlo solo por las calles de la ciudad.

Todo lo llevó a ese momento, con el menor en su auto, maquillado, bien vestido, con el cabello negro ahora, oliendo característicamente a lavanda y sonriendo tan bonito. Él era bonito.

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora