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Despertar de aquel sueño había sido una rotunda decepción para Hongjoong.

Sus ojitos apenas se abrían por la pereza que aún dominaba su cuerpo, tomó su celular y revisó la hora, exactamente las 12 pm. Se sentó en su cama y frotó sus párpados con sus dedos, no pudiendo evitar pronunciar un puchero, estaba solo en su cama y el sueño que había tenido con Mingi parecía tan real.

Soñó que el mayor se había declarado, lo había besado y como cereza del pastel ¡Se había quedado a dormir con él! Era demasiado bueno para ser real.

Pero al poder divisar bien lo que había en su habitación se había quedado quieto analizando.

Ese traje no era suyo, se lo había regalado a Mingi, esos zapatos no eran de su talle y el olor hipnotizante de un conocido perfume estaba plasmado en la almohada restante, la tomó entre sus manos y aspiro tanto como pudieron sus pulmones aquel aroma, entonces llegó a una conclusión.

¡No había sido un sueño!

Realmente Song Mingi se encontraba en su departamento, había dormido con él, se habían besado y podía confirmar por fin que se sentían atraídos uno al otro.

Se sintió demasiado feliz al instante, abrazó la almohada y soltó una risita, tal vez estaba loco pero por favor, Song había sido el primero en declararse e incluso le había robado un tan ansiado beso, se sentía en las nubes.

Fue al baño de su habitación a lavarse el rostro, los dientes y a tratar de despertar un poquito más, realmente quería dormir aún.

En cuanto volvió a la cama un olor inconfundible de los huevos revueltos recién hechos y el tocino habían llegado a sus fosas nasales, caía en cuenta del hambre que tenía en ese instante. Pasando un poco el tiempo y al querer levantarse a curiosear por su cocina la puerta ya había sido abierta, apareciendo el dueño de sus pensamientos algo despeinado, con el torso desnudo y lo que parecía ser una bandeja de desayuno completa, estaba siendo servido por un ser totalmente irreal.

— Oh, ya despertaste, ángel. — se acercó despacio a su encuentro y dejó la bandeja sobre la mesa de noche.— Buenos días, espero hayas descansado suficiente ¿Tuviste lindos sueños? ¿Te encuentras bien? — tomó asiento a su lado, sonriéndole.

Hongjoong estaba en una especie de shock, su mente no podía explicar la maravilla que estaba presenciando, entonces Mingi se preocupó un poco por él, posando su mano en la carita ajena.

— ¿Hongie? ¿Estás bien? — pasó la mano en su frente.— ¿Me oyes, precioso?

— Lo siento, lo siento, es que por un momento aún pensaba que esto no era real...

— ¿Que no era real?

Ahora el confundido era Mingi, entonces Hongjoong sonrió y negó con la cabeza para restarle importancia.

— No me hagas caso. — gateó un poco hasta él y le abrazó el cuello.— Gracias por prepararme el desayuno, me hubieras despertado antes, se supone que eres mi invitado. — suspiró.— Pero respondiendote, descansé perfecto y me encuentro muchísimo mejor ahora que estas conmigo.

— De hecho ya es hora del almuerzo, bonito. Pero no me gustaría cargar tu estómago con algo más denso, apenas despiertas. — besó su mejilla delicadamente.— Me alegra que sea así.

— Gracias, Gigi ¿Tú descansaste bien? ¿Llevas despierto mucho tiempo? ¿Estás cómodo aquí? — se separó para mirarlo a los ojos.

Song admiró por un momento la belleza mañanera de Hongjoong, su pelito despeinado, sus ojitos un poco somnolientos aún, su ropa desaliñada y pensó en ese instante que eso era lo único que quería ver al despertar por lo que le restaba de vida.

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora