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Despertó de su sueño ya pasadas las 8 am, tenía a Hongjoong a su lado, dormido plácidamente y con un par de marcas en su cuello, respiraba tan ligero y era tan hermoso, no podía resistirse a su belleza por lo cual dejó un beso suave en su frente y nariz, quedándose a admirarlo por más tiempo.

Habían tenido unas 4 rondas de sexo más hasta que Hongjoong se había rendido totalmente sin energía sobre sus brazos y claro, no había que decírselo, sabía que se había pasado con eso pero incluso luego de haber sido rudo con su chico seguía siendo un caballero y por sobre todo, lo cuidaría.

No quería que su ángel durmiera incómodo así que se encargó de bañarlo, vestirlo y dejarlo totalmente limpio para que pudiera descansar, no se había despertado ni una sola vez así que de verdad le había quitado hasta el último gramo de energía, además le había puesto pomadas a los hematomas en su cuerpo, en serio pero en serio juraba que no quiso ser tan rudo pero el menor había resultado con varias marcas demasiado notorias por su cuerpo que había provocado con sus manos al agarrarlo o su boca al succionarlo, al momento de hacerselas en su mente no rondaba el hecho de que su piel era extremadamente sensible.

Pero dejando aquello y viendo el lado positivo, si lo dejaban describir en una sola palabra todo lo que había sentido y como era todo aquel ambiente de cariño y tranquilidad diría que era perfecto, aún no asimilaba que había pasado la noche con Hongjoong, incluso fue toda una sorpresa para él, porque claramente una cosa llevó a la otra y otra a la otra hasta que ambos no pudieron resistirse a sus deseos carnales.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se había dado cuenta que Hongjoong ya había despertado, le estaba mirando con sus ojitos cansados y una sonrisa pequeña.

— Buenos días, Gigi. — dejó un beso en su mentón y frotó su mejilla contra el pecho ajeno.— ¿Cómo estás?, ¿Descansaste bien?, ¿En qué piensas tanto?

— Buenos días, ángel. — acarició su mejilla con el pulgar.— Genial y por supuesto ¿Y tú? ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo, mi cielo? — dejó un piquito en sus labios.— En lo hermoso que eres.

Hongjoong sonrió aún más y dejó otro beso en sus labios.

— Yo igual, amor y descansé de maravilla pero me duele el trasero, no te voy a mentir. — esbozó un leve puchero.— No era broma lo de hacerlo hasta quitarme toda la energía y gracias, te encargaste de volver a limpiarme y vestirme, en serio estoy agradecido.

— Para nada, pero aún así lo siento, fuí un poco brusco contigo. — acomodó los mechones de su cabello con los dedos.— No permitiría que mi ángel descansara de esa forma.

— ¿Un poco? — levantó ambas cejas y soltó una risita.

— Está bien, cielo. Me pasé de la raya y lo siento bastante, como recompensa te voy a dar un desayuno de dioses y muchos, muchos besos. — regó besitos por toda su carita.— Y te llevaré a tu universidad, no quiero que faltes a tus clases por mí culpa.

— Es broma, cielo. Yo te lo había pedido pero, ¡Me convenciste! — plantó un casto beso en los labios ajenos y se levantó de la cama.— Anda, cariño. Tengo hambre y hoy tengo muchos pendientes, también tengo que entregarle su ropa Eunwoo y-

— ¿Eunwoo? — enarcó una ceja.

— Sip, el de ayer. — acomodó su remera que al parecer era una de Mingi porque olía exactamente a él y no solo por eso, en cuanto a tallas era considerablemente más grande. Al fijarse en su expresión podía darse cuenta de que la idea de que tuviera contacto alguno con Eunwoo no le gustaba, pero no entendía cuál era la razón pero de pronto llegó a una rápida conclusión.— Gigi ¿Qué ocurre? No me digas que eres como Felix y piensas que Eunwoo siente algo por mí.

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora