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Había pasado ya una semana desde aquel accidente y últimamente tenía mucha mala suerte y eso que había días mejores que el que estaba pasando, tampoco había recibido algún mensaje del Señor Song que había esperado ansioso para devolverle el favor, pero no, ni una señal del mayor. Tal vez ya se había olvidado de él.

Comenzamos con que había empezado el día levantándose tarde, no había programado la alarma del celular un día antes, se quemó un dedo con leche caliente, el cabello no se le veía como quería, tenía un tic en el ojo por el estrés que le dejaba el trabajo sumado con la universidad, las tareas pendientes, la ropa a mitad de elaboración, Dios santo ¿Qué pasaría con él al final del semestre? Ya le estaban saliendo pequeñas canas verdes en su blanca cabecita.

— Necesito unas vacaciones... — recargó su frente en la mesa de la cafetería en la que se encontraba junto a su fiel amigo Lee Felix.

— Por favor, Hongjoong. Deja de lamentarte que no nos sirve de nada en este momento, no hagas que te tire mi zapato. — advirtió botándole una bolita hecha de papel correspondiente a las servilletas del local.

Resumiendo, estaban en esa cafetería a las cinco de la tarde para terminar un trabajo dual que tenían que tener listo para el fin de ese mes y ya estaban a mitad de él.

— Discúlpame, mis tres horas diarias de sueño y mis cinco litros de café ya están perdiendo efecto ¿Crees que mi cerebro se consuma solo por la falta de sueño excesiva? — por fin levantó su cabeza para verlo de frente, con los ojos cansados, ojeras y el cabello ligeramente alborotado, seguía viéndose precioso pero si algo desarreglado.— Necesito un somnifero potente, la ansiedad me está llevando a planear mi suicidio.

— Hongie, deja de ser dramático y por lo menos terminemos de planear esto ¡Procrastinar ahora está teniendo sus consecuencias! ¿Quién fue el que dijo "Is ficil, li tirminirimis in ini simini"? — remedó al peliblanco y cruzó sus brazos, amaba a Kim pero no podía evitar querer irse a la mierda en este momento, cambiarse el nombre y vivir de forma ilegal en Tailandia.

— Silencio, idiota. Me seguiste la corriente, tenemos cada uno el cincuenta porciento de la culpa. Y yo ya terminé mi parte, solo te estoy esperando a tí.— le mostró el dedo medio mientras le daba otro sorbo a su expresso.— Apúrate y vamos a pasear un ratito, quiero aire fresco, aislarme en mi habitación ya me está volviendo más blanco de lo que ya soy.

— ¿Crees que cambiará algo con la inexistente luz solar que hay afuera? No seas tonto. También eres totalmente inutil ante los rayos solares. — habló con la mirada puesta en su notebook. — Esto demuestra que la comunicación es esencial en cualquier relación porque mira, justo ahora acabé mi parte.

— ¿O sea que recibí un regaño en vano? _ recibió un asentimiento de parte de Félix.— Estúpido.

— Sí, sí, sí. — le restó importancia mientras que ambos guardaban sus cosas, colgando sus mochila sobre sus hombros. — Vamos, Hongie.

Ofreció su brazo que con gusto agarró Kim, caminando hacia la salida ya feliz de haber terminado el trabajo escrito, ya luego sería fácil la parte práctica.

Y el universo nuevamente se había puesto en su contra porque chocó contra una persona que venía entrando a la cafetería, tal vez estaba demasiado ido últimamente y Felix tampoco se había dado cuenta, lo cual le parecía raro porque lo que imponía esa persona era algo para no pasar desapercibido, ellos solo eran dos tontos.

— ¡Señor Song! — meneó un poco el brazo de Lee dando un saltito.— ¡Que alegría verlo por aquí! ¿Cómo ha estado?

— Buenas tardes, Hongjoong. No podría decir que bien pero no me puedo quejar ¿Qué tal estás tú y tu...? — enarcó una ceja viendo al pelirrubio abrazado a Kim.— ¿Novio?

Ante tus pies ★ MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora