Capítulo 19: Trabajo

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Vanessa caminaba por los pasillos del Mega Pizzaplex, revisando que todo estuviera en orden mientras realizaba su ronda nocturna. A pesar de que no le gustaba mucho su trabajo como guardia de seguridad, sabía que era importante mantener el lugar seguro, especialmente por órdenes de su jefe. Además que hoy entregaban la mercancía tal podría interesarle algo como un nuevo reloj o algo así.

Mientras revisaba la entrega de mercancía, como peluches de Monty y vasos coleccionables, algo llamó su atención. Era un póster de Monty y Bonnie juntos, y por alguna razón, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Al ver la imagen de los dos animatrónicos, un recuerdo fugaz cruzó por su mente, pero se desvaneció antes de que pudiera aferrarse a él.

- ¿Ness? - exclamó el repartidor- ¿Por qué estás sonriendo? -

Vanessa parpadeó, confundida. No recordaba haber sonreído.

- Yo... no lo sé - respondió, sacudiendo la cabeza. Intentó concentrarse en la tarea que tenía entre manos, pero ese extraño sentimiento de familiaridad con la imagen de Monty y Bonnie seguía rondando en su mente.

Después de terminar con la entrega, Vanessa se dirigió a la oficina de seguridad para continuar con su trabajo. Al llegar, notó un mensaje de uno de los encargados: un niño había quedado encerrado en el Pizzaplex.

- Genial, justo lo que necesitaba - murmuró Vanessa, frotándose la frente. Suspiró, sabiendo que tendría que dejar su puesto para ir a buscar al niño perdido.

De repente, sintió un dolor agudo en la cabeza, como si alguien le estuviera apretando las sienes. Se recostó en su silla y cerró los ojos, tratando de calmarse. Respiró profundamente, pero el dolor no disminuía.

Al abrirlos nuevamente, se sorprendió al ver que ya eran las 3 a.m. No recordaba haberse quedado dormida, pero no le dio mucha importancia. Tenía que concentrarse en encontrar al niño encerrado.

Se puso de pie, pero el dolor de cabeza persistía. Aun así, se dirigió a las cámaras de seguridad, revisando cada rincón del Pizzaplex en busca del pequeño. Sin embargo, por más que buscaba, no lograba encontrarlo por ninguna parte.

- Tal vez necesito un descanso - pensó, decidiendo ir a la sala de empleados a comer algo. Esperaba que un poco de comida y un momento de tranquilidad le ayudaran a aliviar el malestar que sentía.

Al tomar un cuchillo para preparar su sándwich, notó unas extrañas marcas en él. Sin darle mucha importancia, asumió que otros empleados habían estado jugando con él. Se sentó a comer tranquilamente, revisando las cámaras desde su teléfono a través de un programa que había instalado.

Las horas pasaron y finalmente llegó la hora de abrir. Vanessa hizo un último repaso antes de irse, asegurándose de que todo estuviera en orden. Aunque el dolor de cabeza aún persistía, se esforzó por ignorarlo y concentrarse en su trabajo.

- Bueno, otra noche más - suspiró, colgando su gorra de guardia de seguridad. - Espero que mañana sea un día más tranquilo.

Mientras caminaba hacia la salida, Vanessa no podía dejar de pensar en el póster de Monty y Bonnie. Había algo en él que le resultaba familiar, pero no lograba recordar qué. Intentó concentrarse en otros pensamientos, pero su mente seguía regresando a esa imagen.

- Tal vez solo estoy cansada - se dijo a sí misma, sacudiendo la cabeza. Pero en el fondo, sabía que había algo más, algo que no lograba comprender.

A medida que se alejaba del Pizzaplex, Vanessa sintió una sensación de inquietud en el fondo de su mente. Algo le decía que las cosas estaban a punto de ponerse aún más extrañas. No podía explicarlo, pero tenía un mal presentimiento sobre lo que le deparaba el futuro.

Buscando al conejo blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora