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CAPÍTULO DIEZ

“ERES DUEÑO DE TU VIDA Y TUS SENTIMIENTOS”

Al culminar con el acto de bienvenida, todos los alumnos de Essentia Carpe emergen de los portones del auditorio en un conglomerado de uniformes blancos

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Al culminar con el acto de bienvenida, todos los alumnos de Essentia Carpe emergen de los portones del auditorio en un conglomerado de uniformes blancos. Me escabullo entre el gentío mientras huyo como si dos cometas impulsaran mis tobillos.

Medio patinando y medio caminando llego al inicio de los sinuosos escalones de caracol, aquellos que me guían hacia los salones, encontraría refugio en mis primeras clases de química y después haría lo mismo con mis clases de literatura.

—¡Señorita! —reconozco la voz de la señora Tuck y por la urgencia en su entonación intuyo que es importante.

Cierro los ojos por tres segundos e inhalo con cansancio...estaba tan cerca.

¿Acaso las cosas no pueden salir como quiero? ¿Siempre seré un peón en aquel ajedrez llamado destino?

Observo la pequeña figura de mármol que se posa al inicio de la barandilla, un querubín alado... entrecierro los párpados y me pregunto cómo podría sentirse volar y si pudiera hacerlo de qué color serían mis alas...quizá serían iridiscentes y tendrían destellos tornasol como las de un hada...

¡Enfócate Annie!

Enderezo mis colosales gafas y por un momento acaricio la idea de ignorar a la señora Tuck para proseguir con mi plan de fuga, pero el campamento de señoritas al que mamá me inscribió hace tres años me enseñó que jamás debía ser descortés con mis mayores.

Así que giro con desdicha y resignación.

La nueva directora de la academia esboza una sonrisa cálida y afable, de pie en su envidiable estatura de quizá un metro con ochenta, su collar de diamantes engarzados fulgura tenues destellos bajo el resplandor blanquecino que desparraman los candelabros.

—¿En qué puedo ayudarla, directora? —sumerjo el tono de mi voz en cordialidad.

Recuerdo lo gentil y dulce que fue conmigo el día que me teletransporté a aquella autopista y un nudo de pesar comprime mi garganta...

Es triste que en media hora haya recibido más cariño de una desconocida que el que recibí de mamá en los últimos seis años.

—El director Sallow me informó que usted forma parte del comité de bienvenida.

—En realidad formo parte de muchos comités —mascullo modestamente.

—Y eso es espléndido, linda yo también formé parte de muchos cuando tenía tu edad... —levanta una perfilada ceja con aires pensativos— ¿Cuántos años tienes?

Sweet Winter [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora