Sweet Winter [Bucky Barnes]

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Solo a mi se me ocurre actualizar a las tres de la madrugada, pero es que no quería fallarles 🥺❤️  por favor no se olviden de votar y comentar 💞✨

CUARTO FRAGMENTO.

❝PRINCESA❞

James Buchanan Barnes

1941

La naturaleza humana siempre estará eternamente inclinada a aferrarse a cualquier cosa antes que, a la inmunda realidad. Sin embargo, existen almas cuya realidad resulta tan asfixiante que un destello efímero de ilusión no les basta; así que hallan en la invención un refugio sagrado.

Y de allí, mi querido diario, es de donde nace el arte.

Siempre guardaré respeto hacia los artistas, pues son ellos, con sus mentes visionarias, quienes abren senderos de escape para las almas afligidas.

Porque en tiempos de guerra, no existe crueldad más despiadada que la realidad misma, especialmente para un soldado americano, varado en tierra enemiga.

Entonces confieso que, todo el transcurso de aquel mes, me aferré al arte para esculpir una burbuja de fantasía que protegiese a la pequeña Hermosell de la brutalidad que nos acechaba.

Después de todo, solo era un hombre al que el destino en su capricho, le había encomendado velar por la seguridad de una niña de inmaculada dulzura y cándida inocencia.

Todavía puedo evocar su recuerdo, una criatura ignorante de los horrores que nos rodeaban, como un fragante y frágil lirio que brota en medio de un campo arrasado y sin vida, floreciendo a pesar de las sombras, ajena al eco retumbante de las granadas que desgarraban la tierra.

Con escasa experiencia en el trato con niños, me vi, durante aquellos cinco días, completamente dedicado a transformar aquella humilde y destartalada cabaña en algo que se asemejara a un hogar. Un santuario donde una niña pudiera sentir, si quiera por un instante, la tibia y esquiva sensación de confort y seguridad.

El piano se volvió mi mayor confidente, la música siempre ayudaba cuando quería cubrir el retumbar de las balas, los gritos lejanos de los soldados heridos, el avance implacable de los tanques y el estruendo de las granadas.

Me entregaba a las teclas durante horas, interpretando a Chopin, Mozart, aun cuando el miedo intenso aguijoneaba mi pecho, aun cuando ansiaba un mundo distinto y las lágrimas de impotencia cristalizaban mis ojos, aun cuando el dolor se enredaba en las articulaciones de mis dedos...

Nada de eso tenía importancia cuando lo hacía para que el corazón de Stephanie Hermosell Sapphire no conociera el eco del terror.

Por esa niña, cada acorde se volvía en una promesa, y cada compás en un refugio.