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Notita: Capítulo extenso con cinco mil palabras, puedes ir por unos caramelos para disfrutar de la lectura 😸❤️

CAPÍTULO TRECE

❝LUCES DE NEÓN❞

❝LUCES DE NEÓN❞

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Una vez cuando tenía cinco años le pregunté a mamá: ¿Cuándo supiste que papá era el indicado?

En aquel entonces ella no me odiaba, así que me respondió con una dulzura que ahora se me hace ajena: Lo supe cuando lo abracé y sentí como si encontrara un hogar en medio de una tormenta. Cuando en el refugio de sus brazos me hizo sentir como todo el caos del universo se aquietara.

¡Y sé que es una locura! ¡sé que aún no lo conozco! ¡Tengo la certeza de la gran diferencia de edades entre ambos!

Pero...estoy sintiendo con el señor Barnes, todo lo que mamá describió y mientras él me sostiene contra su pecho, mi mundo entero parece desvanecerse ante una realidad en la que solo ambos existimos.

Acaricia mi cabello con un gesto reverente y una reconfortante ternura maniobra sus movimientos.

Un buen abrazo siempre tendría la capacidad de hacerte sentir protegida, querida y cálida al mismo tiempo.

Y este frígido y enigmático caballero conseguía hacerme sentir todo eso y más.

Y solo consigo pensar en que no existe lugar más seguro que el que creó para mi entre sus brazos.

—Te extrañé princesa —entona con una voz de tenor grave y profunda que vibra a través de su pecho hasta mis oídos.

Palabras desbordantes por melancolía y añoranza.

Aquella frase toca mi corazón y manipula sus palpitares a su antojo, provocándome una intensa sensación de familiaridad insistente y nostalgia punzante.

Princesa.

Me gusta cómo se escucha entre sus labios, percibo con fascinación las pausas que toma para acariciarla con aquel acento selecto y distinguido.

"Prin...cesa" sin duda un agasajo sensorial.

Pero, como la carroza de la cenicienta volvió a transformarse en una calabaza, la fantasía de que él siguiera abrazándome se disolvió ante la cruel realidad.

Una incómoda rigidez se expande por el largo de su espalda y como si los mechones de mi cabello resguardaran filosas e hirientes espinas...

Él aparta bruscamente las manos.

Retrocede a pasos agigantados sobre la arena y al no tener ya a que sujetarse mis brazos adoloridos caen patéticamente a mis costados.

Reclino la cabeza avergonzada y nerviosamente enrosco mi reloj de oro rosa alrededor de la muñeca; aquel impulsivo abrazo fue extremamente imprudente e irrespetuoso de mi parte.

Sweet Winter [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora