T2: Capítulo III "Bajo presión"

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Viernes, un día ansiado y esperado por muchos, símbolo del final de la semana laboral. Sin embargo, para Milo, ese viernes sería todo menos rutinario.

Caminaba con paso acelerado por Géminis Dimension, rumbo a la oficina de su jefe. Esa semana había pasado demasiado tiempo allí, mucho más de lo que habría deseado. Tenía que coordinar con Saga la llegada de un potencial nuevo socio: Manigoldo Di Cancro. Mientras avanzaba, el teléfono del escorpión sonó. Sin detenerse, respondió la llamada. Era Saga, quien con un tono casi clarividente le informó que no valía la pena buscarlo en la oficina, pues ni siquiera había salido de casa ese día.

-¡¿QUÉ?! -pronunció con indignación el escorpión.

-Es difícil quitarse a Di Cancro de encima... preferí no arriesgarme.

-¡JA! al menos me hubieras avisado...-"idiota...".

-Oye, te llamé ¿no? te conozco y supuse que irías a mi oficina a primera hora...

-¡¿Sí ya lo sabías por qué no dijiste nada antes?!

-Jeh, quería confirmar mi suposición eso es todo.

-Idiota...- se agarra la cabeza- como sea, ¿Cuál es el itinerario de hoy?

-Vaya, vaya... con que los roles se invierten ¿eh? te lo advierto, si quieres dirigir junto a mi tendrás que dejar a mi hermano.

-Pregunte por el maldito itinerario de hoy.

-Aaaaaaaah -da un largo suspiro- eres aburrido... veamos -piensa unos segundos- Lo más probable será que querrá un tour por la empresa así que tendrán que recorrer ambas torres de Géminis Dimensión, eso debería tomarte bastante... de seguro harán la hora hasta el almuerzo, después irán a la nueva sede de "The Big Horn" aprovecharemos el peak de la apertura para recibir una atención preferencial... se te dará una tarjeta de crédito de parte de la empresa para cubrir los gastos...

-Ya veo... suena bien creo.

-Sí fueses otro empleado te diría que no abuses de la generosidad de Géminis Dimension pero al ser tu... -con tono seductor- excédete todo lo que quieras...

-Bueno, bueno ¿piensas que soy un interesado? -dice un poco molesto, haciendo a su contrario reír.

-Ay Milo, Milo, Milo... eres una dulzura -el escorpión rueda los ojos.

-¿Algo más que deba saber?

-mh... bueno, de seguro después de almorzar querrá hablar de negocios... luego de beber un rato -dice un poco disgustado.

-Así que ¿vas a pagarme por beber con un millonario? -dice burlón.

-Sí fuese cualquier otro sería un trabajo sencillo, pero con Di Cancro nunca se sabe...

-Por cierto ¿a qué hora vendrá Di Cancro?

-Conociéndole lo más probable es -mira su reloj de muñeca- oh, justo ahora.

-¡¿Cómo?!

-Suerte Milo -cuelga.

Milo dio media vuelta y se dirigió de nuevo al ascensor. Afortunadamente, no tardó en llegar al primer piso, donde se encontraba la recepción. Al salir del ascensor, casi como si estuviera sincronizado, vio entrar a un hombre de cabello corto con tonos azulados. De inmediato supo que aquel era Manigoldo Di Cancro. Sin perder tiempo, se acercó a él mientras Manigoldo se dirigía al mostrador de información para anunciar su llegada. Con un tono profesional y formal, propio del trato al cliente, Milo lo saludó.

-Muy buen día señor Di Cancro -hace una leve reverencia y luego estira la mano.

-¿Hola? -dice volteando a verlo.

Jamás seré plato de segunda mesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora