-No puede ser...
Decía Afrodita, con su vista fija hacia el papel que sostenía entre sus temblorosas manos, el español lo miró extrañado al oírlo; Ambos estaban en un restaurante cerca de la gran compañía de modas Cosmic Puppet.
-¿nh? No entiendo que es lo que te sorprende - dice el español mientras bebe su café.
-Está prueba... Es...
-¿Negativa? Por supuesto - bebe nuevamente café - no sé por qué te sorprende tanto
-Shura... - el aura de Afrodita se vuelve sombría - tu y Milo se acostaron...
-Nnh...eso fue... Hace mucho - deja la taza descansar en el plato- ¿que tiene que ver eso con esto?
-... No puedo creer - susurra - la suerte que tiene ese bastardo
-¿que dijiste?
-Tú... - Se pone de pie y toma su bolso--aún no pagas todas tus deudas conmigo Shura- se da media vuelta y camina hacia la salida
-¡Hey! ¡Afrodita!... - el nombrado ya había abandonado el local- tks... Cada vez entiendo menos la forma en la que se comporta... Es un verdadero crió...
El peliceleste salió a toda prisa del lugar, estaba confundido, extrañado, según sus cálculos lo más probable era que Shura debía estar contagiado de herpes al igual que Camus y Surt... Y por consiguiente Milo también debía estarlo... Ahora tenía que conseguir la forma de saber si efectivamente el escorpión estaba infectado de Herpes... Se agarró la cabeza, esta comenzaba a doler, desde hace un par de días las cosas estaban así en su vida... Cada vez que se irritaba su cabeza comenzaba a doler... Giró en una esquina necesitaba apoyar su cuerpo en alguna pared, dejó reposar todo su cuerpo y lentamente se dejó arrastras hacia el suelo, sintió que su vista comenzaba a nublarse... Se sintió morir. En el momento que cerró los ojos, aceptando su fin, escuchó a lo lejos una voz, seguida de un meneo en su cuerpo, su vista poco a poco dejó las tinieblas, cuando está volvió a la normalidad le costó procesar que era lo que estaba pasando.
-¡Afrodita! ¡Afrodita! ¡Responde por favor! - una voz masculina con notoria preocupación sonó ahora en todo el cuerpo del nombrado- Dios... Debo llevarte a un hospital... -
-T-tu eres... - es cargado como princesa-¿que haces aquí...?
-¿que clase de pregunta es esa?... No hables de más... Te ayudaré
-M-Milo... - al fin se atrevió a decir el nombre de su contrario, al hacerlo cae automáticamente en la realidad, y justo antes de que Milo lo subiera al auto, hizo un ademán en su contra.
-¿¿qué haces?? Debo llevarte a un hospital.
-Deja eso ya... Solo es cansancio, es normal en mi que pase este tipo de cosas-dice con notorio tono de molestia.
-No entiendo por qué te pones así ahora, estoy tratando de ayudarte
-¡De quién menos deseo ayuda es de ti!... - la mirada de Milo le hizo cuestionarse lo dicho- q-quiero decir... Aaahh... Eres demasiado joven para entender eso... - Milo lo mete en el auto y este se acomoda resignado.
-Sigo sin entender tu actitud-cierra la puerta y se dirige a la entrada del conductor- sigo diciendo que creo que deberíamos ir al hospital.
-Joder... Maldita sea, ya te he dicho que--en ese momento una idea paso por su mente... - aunque... No sería una mala idea... Dame tu teléfono
-me alegra que hayas recapacitado- sonríe y le entrega su teléfono- ¿para qué lo quieres?
-¿piensas llevarme a cualquier sitio? Yo ya tengo un médico al cual visitar cada vez que me siento mal... - pone la dirección en la aplicación del teléfono diseñada para eso y mira a Milo.
ESTÁS LEYENDO
Jamás seré plato de segunda mesa
DiversosLos meses han pasado, luego del divorcio entre Milo y Camus, a causa del engaño por parte de este último. Milo con gran duda decide que es momento de volver a amar, teniendo siempre al pendiente el cuidado de sus hijos. Camus esta muy arrepentido e...