⭐ Six ⭐ S1.

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Recuerdo muy bien como comenzó ese domingo, el día que tanto había estado esperando y, aunque sabía que algo extraño se avecinaba, no podía dejar de emocionarme por lo que estaba a punto de presenciar. Y jamás imaginé que las cosas resultarían como lo hicieron.

Nick despertó temprano, pese a que había dormido muy poco trás pasar gran parte de la noche pensando en como confesarle sus sentimientos a cierto rizado de ojos azules. Lo primero que hizo al despertar fue darse una ducha reconfortante, repasando una y otra vez aquel discurso que había planeado metículosamente en su cabeza.
"Charlie, sé que no puedes corresponderme, pero necesito que sepas que...estoy enamorado de ti. Quizá desde hace mucho más tiempo de lo que pensaba. Recuerdo la primera vez que te vi, en el jardín de infantes y lo que pensé en ese momento, pensé que eras el niño más adorable de todo el jardín, incluso después de que destruyeras mi torre. Y cuando nos reencontramos, me dí cuenta de que ese recelo que sentía, era más bien un interés diferente. Ahora sé que ese interés es...amor, porque siento que te conozco de toda la vida y jamás me había sentido tan cómodo como cuando estamos juntos. Deseo que sepas mis sentimientos y, por favor, por favor, no me alejes de tu lado. Prometo que puedo vivir amandote en silencio, no quiero perder tu amistad."

¿Sonaba eso coherente? ¿Era demasiado? Joder, la iba a cagar y él lo sabía, pero no estaba dispuesto a dar un paso atrás ahora que se había decidido. Jamás había sido ningún tipo de cobarde y no iba a serlo ahora. Al salir de su habitación, ya duchado, vestido y perfumado, su madre lo recibió en la cocina con una torre de panqueques de avena y crema de avellanas, justo lo que necesitaba para calmar la inquietud en su estomago.

- ¿Viene Charlie hoy, cariño? - preguntó Sarah mientras tomaba un pequeño bocado de panqueque.

- Sip - dijo Nick, con una voz aguda de nervios - Planeamos tarde de videojuegos y quizá alguna película, ya sabes.

Nick sonrió para disimular el nerviosismo y, aunque a Sarah no se le escapaba nada, prefirió dejarlo pasar. Si su hijo tenía algo que decir, lo diría en el momento que estuviera listo. Siguieron conversando por varios minutos mientras Nick devoraba un paqueque tras otro y Sarah sonreía gustosa de ver a su pequeñito siendo todo un troglodita.
Al final del desayuno, se dispusieron a hacer las compras para la semana, una de las pocas tareas dominicales que Nick tenía que cumplir antes de ser libre para disfrutar del día.
Recorrió los pasillos del supermercado mientras su madre marcaba la lista y se hacía la desentendida cuando Nick agregaba cosas al carrito que, claramente, no estaban planeadas.
Agregó bolsas de frituras, un bote de helado de chocomenta, un par de botellas de té helado y, porqué no, unos cuantos paquetes de Skittles y Nerds, sabiendo que Charlie adoraba dichos dulces.

- Iré a visitar a tus abuelos, Nicky, sé que tienes planes, así que te dejaré dinero para un par de pizzas - miró a la bolsa de papel que contenía toda la chatarra que su hijo había comprado y sonrió - Si es que les queda espacio despues de todas estas porquerías.

- Oh, mamá, parece que no me conoces. Soy como un enorme bote de basura, ¿recuerdas? - rieron juntos, porque era verdad y fueron juntos a casa.

Cuando su madré cerró la puerta del auto, después de haberle dado un enorme beso de despedida antes de emprender su camino a casa de los abuelos, Nick sintió todo el peso del nerviosismo cayendo sobre él una vez más. Entro corriendo a casa y se dispuso a sacudir y ordenar todo lo que encontraba a su paso. Sillones, cojines, aspiró la alfombra y lavó los trastes sucios. Ordenó su habitación, hizo su cama e ¡incluso lavó los baños!
Nick no era fanático de hacer limpieza, pero estaba tan ansioso que no encontró otra manera de liberar todo ese estrés. Cuando menos se dió cuenta, eran casi las dos de la tarde y no faltaba mucho para que Charlie llegara a casa, así que, como último recurso, vació las bolsas de frituras y dulces en bowls, los colocó en la mesita de centro de la sala de estar, colocó dos de sus vasos favoritos (con estampado de personajes de Marvel) a su lado y cuando sintió que todo estaba listo, se tiró sobre el sofá a repasar una vez más su discurso, pero no logró llegar ni a la mitad, cuando sonó el timbre de la casa.

Destiny (Heartstopper AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora