Esa tarde fue Charlie quien ingresó a la tienda. Nick no había pasado por ahí en un par de días. Yo sabía, pero necesitaba escucharlo de otra voz.
- ¿Vas en la misma escuela que Nick Nelson, cierto? - pregunté con dulzura.
- Oh - se sobresaltó un poco - Si, sí, vamos juntos. Él no ha asistido a clases, la maestra dijo que tiene gripe o algo así - respondió Charlie.
Pude notar ese tono de decepción en su voz, como si lo extrañase, como si quisiera que estuviera allí. Y fue gracioso, porque apenas hace dos semanas, Charlie sentía rechazo hacia él. Sonreí.
- Ya veo, que lástima, llegaron sus galletas favoritas - señalé el estante a su espalda - No las habían traído desde hace una semana, así que tuvo que estar comprando su segunda opción - reí ligeramente.
Charlie giró su cabeza hacia el estante y se quedó mirándolo por algunos segundos, luego caminó hacía él y tomó un varios paquetes.
Regresó con ellos al mostrador y una expresión tímida en el rostro.- Quizá algún compañero podría llevárselos, seguro algún amigo suyo - dijo apenas audible.
- Claro, sí, seguro - asentí - Aunque vive muy cerca de aquí, espero que la persona que se los lleve no viva muy lejos.
Vi el destello en sus ojos, algo estaba ahí, inquieto, dudoso, pero al mismo tiempo, ansioso y curioso.
- Usted....¿Sabe dónde vive? - preguntó.
- Claro, somos vecinos, pero no le digas que te dije - reí fingiendo timidez.
Unos minutos después, Charlie salió de la tienda con varios paquetes de galletas, dos chocolatadas, una barrita de cereal y un post it con la dirección de Nicholas Nelson. Lo ví caminar hacia la derecha, justo a dónde la nota indicaba. Sonreí y salí a sentarme en el banquito, sólo quedaba esperar. Hela subió a mi regazo y cerramos los ojos para poder observar todo.
Charlie caminó por algunos minutos y encontró la casa al final de la calle y verificó la dirección tres veces antes de comenzar a practicar su saludo a quien sea que abriera la puerta. Pensé que quizá debí avisarle que Nick estaría solo en ese momento, le habría ahorrado el estrés.
Al final, tocó el timbre con un dedo tembloroso. Esperó, esperó y justo cuando iba a tocar de nuevo, la puerta se abrió.
Nick apareció envuelto en una cobija, despeinado y con un rollito de papel metido en la nariz.- Cha...¿CHARLIE? - dijo alarmado, casi gritando.
- Ho...Hola - respondió.
Me reí mucho cuando Nick se sonrojo hasta las orejas y cerró la puerta de un golpe frente a Charlie. Pude ver cómo Nick corría hacia el baño de visitas a quitarse el rollito de papel, tratar de acomodar su cabello y, claro que sí, revisar su aliento. Hizo una mueca de asco antes de tomar el enjuague bucal.
Increíblemente, hizo todo eso en cuestión de un minuto. Charlie aún esperaba fuera de su casa, con una expresión de sorpresa y confusión en el rostro. Estaba a punto de girarse e irse cuando la puerta volvió a abrirse, dejando ver una versión ligeramente mejorada de Nick.- Lo siento, yo... - se frotó la nuca - Hola, Charlie.
- Hola - rió - Supe que estabas enfermo, quise...quise, no sé, saber si estabas mejor o si...quizá necesitabas algo - miró su mochila y encontró el pretexto perfecto - Pasarte los apuntes de los días pasados, ¿tal vez?
Nick sonrió con ternura, casi pasó por alto la idea de como Charlie había conseguir su dirección, pero decidió que preguntaría eso en otro momento.
- Eso sería genial - dijo con voz cálida - Pasa, me caería bien algo de compañía.
Charlie entró a casa solo para recibir una tacleada casi mortal de una enorme border collie. Charlie terminó en el suelo recibiendo lamidas en el rostro mientras Nick gritaba avergonzado.
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Destiny (Heartstopper AU)
FanfictionEl hilo rojo del destino ha unido a Nick y Charlie vida tras vida, pero...¿Qué pasaría si el destino quisiera hacerles una mala jugada? Nick recuerda a Charlie cuando vuelve a encontrarlo, pero Charlie no quiere tener nada que ver con él. ¿Podrá la...