Capítulo 16

301 34 0
                                    


La conferencia de prensa de la senadora Griffin fue anunciada hace apenas una hora y sin mucho esperar ya fue transmitida en vivo a nivel nacional. Todos los estadounidenses de la costa este estaban sintonizados en ese canal, curiosos por saber qué tenía que decir la senadora.

En un lujoso ático de uno de los edificios más altos de Sacramento, había una mujer que pensaba diferente.

"Buenos días a todos. Gracias por venir a esta conferencia en tan gran número, sinceramente lo esperaba y no decepcionaron mis expectativas. Dicho esto, no me gustaría extenderme demasiado, pero me gustaría recibir al verdadero motivo de su convocatoria intentaré ser breve y directa, porque quiero que mi mensaje llegue a los directamente implicados...".

—Todo este lío para enviar un mensaje... Griffin, eres realmente ridícula y desesperante. ¡Esto es demasiado simple! —comentó la mujer apenas escuchó hablar a Clarke.

"Quiero dejar claro un concepto: ¡NUNCA me retiraré de esta campaña electoral! Pase lo que pase, seguiré aquí, luchando por lo que creo. NUNCA cambiaré mis ideas, mis creencias, mis principios, sólo porque he recibido amenazas y he sido el blanco principal de los últimos ataques. Lamentablemente ha habido víctimas inocentes provocadas por alguien que evidentemente no tiene las agallas para enfrentarme...".

—¡Perra sucia! ¡¿Quién no tiene las agallas para enfrentarte?! ¡Yo ciertamente no! —se enojó, golpeando con el puño la mesa frente a ella.

"¡Es hora de decir basta! Me refiero a usted, sea quien sea, responsable de estas tragedias sin sentido. ¿Quiere que yo no sea elegida como Gobernadora? Pues venga y dígamelo en la cara. Muéstrese si tiene el coraje y dígame: ¿cuál es su verdadero problema? ¿Son mis ideas las que le están molestando o tal vez son los clichés más banales los que le están poniendo en dificultades? Sabe, sería realmente patético si tuviera que ser así. ¿Será este finalmente el motivo de sus amenazas, de los ataques, de esas muertes y heridos inocentes? ...".

—Las víctimas son parte del juego, querida... y entre nosotras dos ciertamente no soy yo la patética, sino tú, senadora, te hice más inteligente, estás cavando tu propia tumba... y esto ¡solo puede darme alivio! —criticó de nuevo hacia la pantalla.

"Para evitar cualquier malentendido, quiero ser clara... Estoy enamorada de una mujer y puedes llamarme como quieras: gay, lesbiana o cualquier forma despectiva que se te ocurra; mis sentimientos por ella no cambiarán. La amo, la amo con locura... Amo sus principios, amo su rectitud, amo sus defectos y no voy a dejarla ir solo porque no te gustan las ideas de campaña de una lesbiana...".

—Una zorra lesbiana... ¡Que mejor! —continuó diciendo, enojándose cada vez más.

"Sin embargo, quiero tranquilizar a todos los ciudadanos. Estoy enamorada, es un hecho, pero esto no frenará mi trabajo. Al contrario, me animará a dar lo mejor de mí para alcanzar aquellos objetivos que garanticen que cada uno de nosotros tenga los derechos que se merece. Así que, mis queridos enemigos, renuevo lo que dije antes: aquí estoy... ¡Vengan a buscarme!".

—¡Eres una perdedora! Nunca llegarás a ser gobernadora, pero obtendrás lo que pides, Griffin... ¡De eso puedes estar segura! —exclamó, presa de la ira, antes de cerrar desastrosamente el portátil con el que estaba viendo la conferencia.

Se levantó bruscamente de la silla y, de espaldas a la puerta, dirigió su mirada furiosa hacia la ventana. El hermoso horizonte no tuvo ningún efecto en su humor sombrío. Estaba enfadada con aquella pequeña e insignificante senadora que se había atrevido, una vez más, a poner un freno a sus ruedas. Con ese absurdo y patético discurso suyo la estaba forzando, obligándola a cambiar su plan elaborado con extremo ingenio y meticulosidad.

The Bodyguard (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora