Un calor repentino en la mano izquierda impulsó a Lexa a despertarse. Sin embargo, su cuerpo no parecía muy colaborativo; intentó levantar los párpados, pero eran pesados como rocas y apenas logró entreabrirlos. Intentó con la boca, pero fue otro callejón sin salida, parecía bloqueada por un molesto tubo que le quemaba la garganta. Incluso los brazos parecían estar bloqueados y no respondían al llamado de la agente. Casi exhausta y sin fuerzas por todos los intentos fallidos, Woods decidió refugiarse en ese calor y, como último recurso, intentó mover los dedos. Sintió su mano atrapada en un dulce apretón... tras los movimientos de sus dedos, el apretón aumentó. Justo en ese momento, Lexa fue abrumada por los eventos ocurridos en ese lugar y por un momento tembló ante la idea de que esa mano que la sostenía no fuera la de Clarke, aunque lo esperaba con todas sus fuerzas.
La senadora ni siquiera se había dado cuenta de que se había quedado dormida en esa incómoda silla, pero, cuando sintió la mano de Lexa moverse en la suya, se despertó de inmediato.
—Lexa... —susurró con incredulidad.
"Clarke... eres realmente tú... ", pensó la agente, sin poder hablar.
Un pitido con una cadencia molesta aumentó el ritmo, solo después de unos segundos, Lexa entendió... era el latido de su corazón que se estaba volviendo loco ante la idea de ver de nuevo a la mujer que amaba.
La senadora tocó inmediatamente el timbre para llamar a la enfermera, los ojos de Lexa aún estaban cerrados, pero por cómo correspondía a su apretón, estaba segura de que estaba despierta.
Pasó otro minuto que le pareció interminable, en el cual Lexa intentó en vano abrir los ojos. Cuando finalmente lo logró, lo primero que vio fue la mirada emocionada de Clarke. La alegría de ver que el amor de su vida estaba bien, la urgencia de hablar con ella, de tocarla, de besarla, la hicieron agitarse más de lo debido. Así que la agente comenzó a toser, obstruyendo el tubo que tenía en la garganta. Justo en ese momento llegaron la enfermera McIntyre y el doctor O'Neal.
—No puede respirar, se está ahogando. Probablemente el tubo esté obstruido, debemos extubarla —dijo con urgencia el doctor una vez que llegó a la cama.
—Agente Woods, esto le dolerá un poco... —añadió mientras extraía el tubo de la tráquea.
Lexa continuó tosiendo, tratando de recuperar el aliento, el ardor en su garganta era tremendo, pero al menos ahora podía respirar. Vio a Clarke a los pies de la cama, tenía el rostro cansado y preocupado, seguía mirándola como si estuviera en apnea. Woods se esforzó por sonreírle y hablar, pero ambas cosas eran bastante dolorosas.
—Agente, su garganta está inflamada, no se esfuerce en hablar... necesita beber —le explicó la enfermera, dándole un sorbo de agua, mientras el doctor la examinaba.
—Los parámetros vitales están volviendo a la normalidad, las pupilas reaccionan normalmente, sin embargo, aún no puedo levantar el pronóstico, pero diría que vamos por buen camino. Ahora trate de estar tranquila y descansar. Pasaré más tarde para revisarla de nuevo —dijo el doctor, mirando primero a Lexa y luego a la senadora.
Woods se limitó a asentir: desde que había logrado abrir los ojos, ella y Clarke no habían dejado de mirarse ni un segundo, como si ambas temieran que todo fuera un sueño.
El doctor O'Neal y la enfermera McIntyre, después de despedirse, dejaron la habitación, pero ni Griffin ni Woods se dieron cuenta.
Lexa se esforzó por hablar, pero, por más que lo intentaba, ningún sonido parecía querer salir de su boca.
—Lexa, ahora debes descansar, hablaremos después —le dijo Clarke acariciándole dulcemente la mejilla.
Tenían mucho de qué hablar, la senadora también lo sabía, pero lo harían a su debido tiempo. Ahora lo importante era que Lexa se recuperara, el resto era secundario.
ESTÁS LEYENDO
The Bodyguard (Clexa)
FanfictionTraducción Clexa💚🩵 Clarke Jane Griffin es la senadora más joven y poco convencional de Estados Unidos. Desde el inicio de su mandato siempre ha servido a los intereses de las minorías oprimidas por la sociedad, discriminadas por motivos de raza, o...