⛸️Capítulo 29⛸️

6.6K 581 140
                                    

Esto no puede ser posible

Kenzie

Los labios de Aedus están fríos, y mi corazón latió más al volverlos a sentir, al tener su tacto en mi, al tenerlo aquí, conmigo. La Kenzie de hace cuatro años lo hubiera querido, ella hubiera dado lo que fuera por tenerlo a su lado, por besarlo, tocarlo, gemir su nombre... sin embargo, la nueva Kenzie se enamoró por primera vez de otra persona, dejó de pensar tanto en su ex, volvió a creer en el amor, volvió a sentir. Mi vida comenzó a tener sentido de nuevo cuando una criatura salió de mi y cuando conocí al hombre más maravilloso que poco a poco fue enamorándome, ¿es justo esto lo qué estoy haciendo ahora? ¿Es justo dejar que mi ex me bese cuando hace un mes mi pareja terminó conmigo y me prometí a mi misma intentar recuperarlo?

Algo me dice que mi relación con Fabrice ya acabó, que nada será como antes, que él no volverá a ser el mismo. Pero... yo quiero luchar por él, quiero recuperarlo, tampoco quiero presionarlo y actuar como una egoísta al no respetar su decisión y beneficiarme solo a mi. Sigo borracha, pero logro estar consciente. Esta noche ha sido increíble en lo que cabe, me la estoy pasando bien con mis amigos, sin embargo... extraño a Fabrice.

Dios, deja de darte mala vida.

No es que me la esté dando, sino que sé los errores que cometí en el pasado y quiero hacer las cosas bien por mi, también para no lastimar a terceras personas. ¿Fabrice volverá? ¿Cumplirá su promesa? No lo sé.

—Aedus... —susurré entre el beso, él alejó su boca de la mía unos centímetros. Me miró con intensidad, sus ojos están brillantes.

—¿Está mal, amor? —mi pecho se apretó por su pregunta, parece un niño que teme la repuesta. Tragué grueso.

—Si, no lo sé... —admití en tono bajo, perdida en su mirada.

—No quiero ser un hijo de puta y querer aprovecharme de ti cuando hace un mes estabas con alguien, pero... la otra parte egoísta de mi... —hizo pausa —, no me importa nada con tal de estar contigo, Mack.

—Se supone que no me recuerdas —repliqué con suavidad.

—Si te digo que me he enamorado de ti por segunda vez sin recodarte del todo, ¿me creerías? —todo mi cuerpo se tensó, el silencio se hizo notar porque las palabras no salen de mi boca. Parezco una estatua, mirándolo sin creerle, aunque... lo conozco y sé que no mentiría.

Esto se está poniendo difícil.

—Y si te digo que ya es tarde y que no me interesa, ¿me creerías? —sus cejas se fruncieron, él apretó la mandíbula.

—Entonces volvería a enamorarte, volvería a hacer de todo para que tú me des una nueva oportunidad, amor —pegó nuestras frentes, yo niego lentamente.

—¿Por qué tienes qué hacer esto? —es mi pregunta a la deriva, su ceño se frunció mas —. ¿Por qué carajos no puedes aceptar que ya no te amo...?

Su boca volvió a impactar contra la mía de una forma brusca, pero sin lastimarme. Mi boca se abrió para poder recibir sus labios, sus manos bajaron a mis caderas, apretándolas con suavidad. Mis manos tocaron sus abdominales y su pecho, recordando las tantas veces que lo tocaba cuando quería. En un segundo, Aedus me alzó con un solo brazo y yo rodeé mis piernas alrededor de su cintura, rodeo su cuello con lentitud. Sus manos bajaron por mis nalgas, solté un suspiro.

Always stayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora