⛸️Capítulo 32⛸️

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Was is over.

Kenzie

Al entrar a una habitación de invitado, busqué mi celular en mi bolso para llamar a la casa, antes de ir a llamadas, las luces se apagaron de repente, solté un grito cuando se oyó un fuerte relámpago mezclándose con un rayo.

—¡¿Aedus...?!

—Hey, amor —susurró detrás de mi, yo me di la vuelta, como sentí su cuerpo me acurruqué en él. Todo quedó a oscuras ahora, menos mal tengo la batería en sesenta.

—¿Por qué se ha ido la luz? —le pregunto, escondiendo mi rostro en su pecho. Rodeó mi cuerpo con suavidad.

—La tormenta se está poniendo fuerte, de seguro afectó algunos cables de electricidad. No te preocupes que llegará pronto —intenta asegurarme, acariciando mi espalda.

—Tenemos que llamar para saber sobre nuestra hija...

—No tengo señal, amor —me dice, yo maldije por lo bajo —. Ella está en buenas manos, ¿de acuerdo?

—A Addy le asustan los relámpagos, cuando hay tormentas así le pongo una melodía en mi celular que a ella le gusta...

—Apenas llegue la señal, llamaremos a tu padre, ¿de acuerdo? —asiento con la cabeza, intentando estar tranquila y que mi hija esté bien.

Odio las tormentas.

Caleb Morgan

El grito de Addy cuando las luces se apagan me hace saltar de la cama y salir de mi habitación corriendo a la de ella, apenas entro ella está sentada sobre su cama con su sabana tapando todo su cuerpo. Tiene la cortina abierta, por eso hay un poco de claridad por los rayos. Me acerqué a ella. Cole había ido a su casa para revisar algunas cosas y que todo estuviera en orden.

—Estoy aquí —le hago saber, ella se quitó su cubrecama y me miró.

—¡Tío, tengo miedo! —se lanzó haciau mi, no dudé en abrazarla. Segundos después papá entró con una lámpara y en pijama, preocupado.

—Joder —se acercó a nosotros —. ¿Están bien los dos? —asiento solamente porque Addy tiene sus brazos rodeando mi cuello —. Vamos a esperar que la tormenta se acabe.

—¿Y mami y a papi?

—Ellos deben de estar juntos, no te preocupes —le aseguro.

Addy queda tranquila unos segundos, hasta que se separa de mi para decir:

—¡¿Donde está Ángel?!

—¡Miau!

Suelto un largo suspiro.

Aedus

Mack y yo seguimos en la habitación de invitados, ambos sentados en la orilla de la cama mirando por la ventana que tiene la persiana entreabierta para poder ver la lluvia. Estamos en silencio por varios minutos, ella pega un respingo cuando se escucha un rayo o un relámpago. La luz aún no llega, espero llegue pronto porque necesito saber que mi hija está bien.

—Siempre he tenido miedo a las tormentas —me dice entonces, con la vista pegada en la ventana —. Creo que jamás dejaré el miedo —sonrió de lado.

—No es nada malo.... —me callé a mi mismo cuando mi cabeza dolió al recordar algo. Yo siendo un crío cargando a Mack pequeña porque tenía miedo por los rayos... ¿acabo de recordar ese momento?

Me quedé en silencio, frunciendo ligeramente el ceño sin comprender nada. Mack tomó mi brazo.

—¿Estás bien? —clavo mis ojos en los de ella, luce preocupada. Se escuchó otro relámpago pero pareció no importarle, quiere obtener una respuesta.

Always stayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora