De vuelta
Aedus
Mi padre y yo sacamos dos armas que tenía guardadas en mi oficina, bajamos rápidamente de mi Lamborghini y nos dirigimos a la entrada, maldije para mis adentros cuando las puertas se encuentran de par en par. Mi padre fue el primero en entrar, ladeando sus caderas con su arma alzada para moverse con más facilidad. Yo voy detrás de él, toda la planta baja está en silencio, esto no me agrada para nada.
—¡Ayuda!
Todo salió de control al escuchar el grito de mi madre, Aiden y yo corrimos a las escaleras rumbo a su habitación. Cuando entramos ella está boca arriba en su cama, la ira creció por todo mi cuerpo al ver un hombre con el rostro cubierto encima de ella, iba a intentar violarla. Mi padre tomó sus hombros y lo elevó hacia atrás como si no pesara nada, el maldito cae al suelo, soltando su cuchillo. Es mi momento de atacar, me acerco a él y comienzo a proporcionarle patadas en sus costillas, evitando que se ponga de pie.
—¡¿Quién te crees para tocar a mi madre, infeliz?! —le grito sin dejar de patearlo, sus ojos son negros. No puedo distinguirlo. Intentó tomar su cuchillo, así que yo le disparo en toda la palma de la mano, su gritó de dolor resonó por toda la habitación —. Una disculpa, se me fue la bala —le dije, fingiendo lamentarme.
—¡Eres un maldito! —sonreí de lado por lo que dijo.
Mi padre se quitó su abrigo para ponérselo a mi madre por encima de su albornoz blanco de tela fina. Ella tiene la cara hinchada por los golpes, sus ojos están rojos y su mirada rota.
Volví a mirar al tipo, le disparé en la otra palma de su mano. Volvió a gritar.
—¡Detente!
—¡¿Quién eres?! —mi padre le metió una patada, el hombre se retrocedió en el piso, manchándose de su propia sangre.
—Toda su familia está muerta —articuló, sonriendo de lado.
—¿Quién te envió? —esta vez pregunté yo.
Sus ojos se clavaron en mi, mi padre le quitó el pasamontañas. No lo reconozco, su cabello es del mismo color de sus ojos y su cara alargada, no me trae buenas vibras.
—Si no respondes mi hijo te disparará en la polla —advirtió mi padre con frialdad.
—Ustedes ya están muertos, esto es poco de todo lo que se merecen. Agradezcan que no la violé como quería —le echó una miradita a mi madre que desvió la mirada, avergonzada.
Vuelvo a quitarle el seguro a mi arma y le disparo en el hombro, dejó de sonreír para chillar de dolor.
—La vuelves a mirar y termino por descargar toda mi arma y la de mi padre contigo —siseo entre dientes.
—Ya estás muerto, hijo de puta. ¡¿Quien te envió?! —mi padre soltó un disparo rozándole la oreja, él jadeó por el roce.
—Dos hombres que los odian —respondió con la voz entrecortada.
Mi padre y yo nos miramos, sabemos quienes son. Nate y Charlie son aliados ahora, no van a descansar hasta vernos derrotados. Que pena por ellos, nadie podrá con Aiden y Aedus Barker. Absolutamente nadie.
—¿Dónde están ellos? —lo apuntó.
—Jamás voy a decirlo —ríe el infeliz tirado en el suelo.
Mi padre asintió con tranquilidad.
—Que te vaya bien en el infierno —fue lo que me dijo antes de descargar todas sus balas en el craneo de él, volándole los sesos y haciendo que nos salpique sangre.
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Always stay
AzioneSEGUNDO LIBRO DE LA BILOGÍA STAY "Siempre sufriremos en el amor" Mackenzie ahora es la mejor patinadora del mundo, ganando premios a cada competencia a la que va. Ella cree estar feliz..., pero sigue sintiendo que le falta algo que se rompió cuando...