Dónde Bakugou Katsuki conoce a la nueva estudiante de intercambio de México, Elita Sato. Una chica semidiosa con linaje de los dioses del mictlán, Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl.
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Los primeros rayos del Sol entraban tímidamente por mi ventana, pintando la pared de un suave tono dorado. Es el primer día de clases de mi segundo año en la U.A, pero mi mente divagaba en los recuerdos de los últimos meses, como si el tiempo no hubiera avanzado desde el campamento.
Todavía puedo sentir el peso de las muñequeras que los villanos usaron contra mi, la mirada fría de Shigaraki vigilándome. Fue como si el tiempo se hubiera detenido mientras estaba en esa habitación, esperando un rescate que, en momentos, dudé que llegara. Pero llegó, de una manera que nunca olvidaré.
Recuerdo cuando la pared de aquella prisión fue demolida de un golpe, el golpe de All Might, mientras él y Gran Torino allí estaba él: Bakugou.
Nunca había visto una expresión tan decidida en su rostro. Sin rodeos me subió a su espalda me llevó fuera de allí, protegiéndome con su cuerpo mientras nos abríamos paso entre las llamas del combate.
Y luego All Might... verlo perder su don fue como presenciar la caída de un dios. Nunca imaginé que algo así podría suceder. Pero incluso en su estado debilitado, su presencia irradiaba fuerza, como si nos estuviera diciendo que la verdadera fortaleza no reside en un don, sino en el corazón.
Las semanas que siguieron al rescate fueron una mezcla de gratitud y confusión. Aunque me salvaron, el miedo seguía en mi, un miedo que no había sentido nunca. Me dijeron que no podía volver a México por mi seguridad, y la idea de no poder ver a mis padres durante las vacaciones me destrozó. Extraño su calidez, extrañaba a mis amigos, mi país, el olor a tierra mojada después de las lluvias de verano en casa. Pero sé que los héroes tienen razón; Si los villanos me encontraron una vez, podrían hacerlo de nuevo.
Los días después pasaron lentamente. Las noches eran las peores, tenia pesadillas recurrentes en donde Shigaraki me trataba de convencer de unirme a la liga de villanos.
Bakugou, por su parte, apenas hablaba de lo sucedido. Lo veía entrenar con más intensidad que nunca los últimos días de clases, como si estuviera luchando contra algo invisible. Yo, por mi parte, trataba de reconstruir mi vida, luchando contra mis pesadillas.
Pero ahora, con el inicio de este nuevo año, siento que algo dentro de mí ha cambiado. Ya no soy la misma chica que llegó a la U.A el año pasado, llena de sueños y expectativas. He visto la oscuridad de este mundo, pero también he visto su luz. He aprendido que ser un héroe no es solo cuestión de poder, sino de tener el coraje de seguir adelante, incluso cuando todo parece perdido.
Me miro en el espejo mientras me arreglo para ir a la escuela. El uniforme de la U.A se siente familiar, casi como una segunda piel. Pero hay algo nuevo en mis ojos, una determinación que antes no estaba allí. Hoy comienza un nuevo capítulo, no solo en mi vida, sino en la de todos nosotros. Bakugou, Todoroki, Deku, Uraraka... todos hemos cambiado, de una manera u otra.
Respiro hondo, ajustando mi corbata y arreglando mi cabello. A pesar de todo lo que ha pasado, estoy lista para enfrentar lo que venga. He decidido que no dejaré que el miedo me controle. Mis padres estarán bien, y yo también lo estaré. Este es mi segundo año, y lo voy a aprovechar al máximo.
