P.O.V Elita Sato
Los días después de su anuncio del profesor Aizawa pasaron muy rápidos y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en el aeropuerto haciendo documentación, con objetivo a México, era muy temprano ya que era un vuelo de casi 12 horas y queríamos llegar temprano a México.
En orden uno a uno nos fuimos sentando en los asientos asignados en el avión, para mi suerte Uraraka estaba a un lado de mi.
Estaba nerviosa, después de un largo año estaba volando en dirección a casa, a pesar de que estaba feliz algo en mi se sentía nerviosa.
— ¿Hm...? ¿Pasa algo Elita? —me preguntó preocupada Uraraka, suspiré
— Es solo que... he estado mucho tiempo lejos de casa, me siento extraña pero a la vez emocionada, ya extrañaba mi país
— Es normal que te sientas así pero todo saldrá bien —me miro y me tomó de la mano, ambas nos brindamos una cálida sonrisa.
En cuestión de segundos escuchamos una voz femenina proveniente de ma Gabina del capitán.
"Atención pasajeros, en unos momentos aterrizaremos en México-Tenochtitlan. Favor de seguir las instrucciones de su capitán"
Al escuchar la voz de la azafata sentí un alivio, toda preocupación se esfumó, estaba por fin en casa.
Apenas puse un pie en tierra una ola de emoción me recorrió todo el cuerpo, estaba de vuelta en casa
Mientras los demás chicos de la clase se agitaban y reían, comentando lo diferente que se veía todo, yo solo podía sentir una enorme alegría, ya extrañaba el calor, los colores, el bullicio inconfundible de mi país.
— ¡Qué emoción! ¡Nunca había estado en México!— exclamó Yaoyorozou con una sonrisa radiante mientras cargaba su maleta.
— Espero que la comida sea tan buena como dicen —comentó Kirishima dándole un codazo a Bakugou que, como siempre, mantenía una expresión seria. Aunque lo conozco lo suficiente para saber que también estaba emocionado por esta nueva experiencia.
El profesor Aizawa caminaba delante de nosotros con su habitual aire despreocupado pero firme. Nos indicó que siguiéramos hasta la salida donde un camión nos estaba esperando, enviado por la Escuela Mexicana de Jóvenes Héroes.
El sol nos recibió de lleno al salir del aeropuerto, cálido y abrazador, justo como lo recordaba. Me detuve por un segundo, cerré los ojos y respiré profundamente.
Nos subimos al camión uno a uno, entre risas y comentarios sobre lo que nos esperaba. Me senté junto a la ventana, deseando verlo todo. En cuanto el camión arrancó, sentí un nudo de emoción en el estómago. Todo me resultaba tan familiar. Las calles, los edificios con sus colores brillantes, el sonido de la gente viviendo su día a día. Afuera, el paisaje mexicano pasaba rápidamente frente a mis ojos. Había algo en el cielo azul y en las montañas a lo lejos que me hacía sentir... libre.
Yo solo podía sonreír, mi corazón latiendo más fuerte con cada kilómetro que avanzábamos. Cada rincón me recordaba por qué amaba tanto este lugar, mi casa, mi cultura, y ahora, podía compartirlo con mis amigos.
México-Tenochtitlan era más que una ciudad; era la cuna de héroes con una historia rica y profunda, una mezcla de lo antiguo y lo moderno, lo místico y lo tecnológico. Los chicos no tardarían en darse cuenta de la grandeza que los rodeaba, y yo no podía esperar para enseñarles todo.
El camión avanzaba a buen ritmo por las calles, dirigiéndose hacia la Escuela Mexicana de Jóvenes Héroes. Desde la ventana, veía los edificios antiguos entrelazados con estructuras más modernas, una fusión perfecta entre el pasado y el presente. Mi mente viajaba al futuro, imaginando lo que nos esperaba. Este intercambio sería una oportunidad única para aprender, crecer y sobre todo, conectar con mis raíces de una manera que nunca había hecho antes.
Sentí una mano en mi hombro, era Uraraka, sonriendo con esa calidez que la caracterizaba.
— Se te nota la felicidad, Elita. Me alegra tanto verte así— me dijo suavemente.
—Es que... no hay nada como estar en casa
Ella asintió, entendiendo perfectamente lo que quería decir. Y ahí, mientras el camión nos llevaba por las calles llenas de vida, supe que este sería un viaje que nos marcaría a todos, de una forma u otra. Pero para mí, significaba mucho más: era mi regreso. Y no pensaba dejar que esta oportunidad pasara desapercibida.
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Cempasúchil | Katsuki Bakugou
FanfictionDónde Bakugou Katsuki conoce a la nueva estudiante de intercambio de México, Elita Sato. Una chica semidiosa con linaje de los dioses del mictlán, Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl.