Casa

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El Gran Premio de Holanda fue tan espectacular como se esperaba. Así como en Gran Bretaña los gradas lucían llenas de morado, en Zandvoort no había ni un solo espacio que no estuviera de color naranja.

Mientras caminaban por la pista Sergio le señalaba a Max cada cartel con su nombre o rostro así como fans vistiendo su camisa o gorra pero, aunque agradecido con los gestos de sus fans, no podía concentrarse en ello.

Después de Bélgica, Max sentía algo diferente cuando estaba con Checo. Mientras que antes le hubiese bastado solo estar caminando con él, ahora no podía dejar de observar sus manos tan cerca sin desear poder tomarla.

Podía sentir pequeños roces fugaces al igualar sus pasos, el corazón latía a mil mientras intentaba entrelazar sus meñiques discretamente.

En algún momento, el omega acercó más su cuerpo y Max logró su cometido. El alfa no cabía en su felicidad al sentirse aceptando.

-¡Aleja su sucia mano! - Como costumbre su felicidad se veía arruinado por Charles gritando hacia ellos.

Se separaron ante el susto y después se alejaron aún más cuando el monegasco jalo a Checo hacia su pecho.

Tu es un salaud, abusif, méchant, sans honneur...! - Le gritaba a Max en francés y aunque no entendía de una sola palabra por las expresiones de Charles podía entender el contexto.

Carlos llegó poco después evitando que su compañero se le fuera encima a su amigo.

-¿Ahora que demonios te pasa?.

-¿Creiste que no me iba a enterar? ¡Durmieron juntos en Bélgica! Eres un aprovechado, poco hombre...

-Charles, no paso nada. Fue mi culpa, me quedé dormido. -Le interrumpió el mexicano al verlo listo nuevamente para insultar hasta a los antecesores de Max. - No tienes que preocuparte. Estoy bien, Max fue respetuoso todo el tiempo.

La expresión del omega dominante se volvió la de un cachorro regañado qué seguía a la defensiva y sin desear soltar al otro.

-¿Por eso estabas enojado? - Pregunto Carlos luciendo realmente confundido.- Pensé que era por el beso que le robó en Hungría.

Max empezaba a replantearse la idea de si Carlos era su amigo o intentaba asesinarlo.

Durante el dia hubo cientos de clips en las redes sociales de como el piloto de Red Bull huía del de Ferrari y como Carlos Sainz tuvo que tomar a su compañero como un saco de papas para regresarlo a sus garajes.

La alegría de ganar en casa fue inexplicable

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La alegría de ganar en casa fue inexplicable. Escuchaba como todos gritaban su nombre y observó el cielo volverse naranja por un momento.

Hamilton y sus miradas disconformes se podían ir a la mierda.

Bajó del podio y como se había vuelto tradicional, fue directamente a recibir el abrazo de Checo.

-Hoy te llevare a un lugar muy especial. - Le prometió al odio justo antes de que tomarán la foto celebrando con todo el equipo.

¿Cuantas victorias para tu corazón? ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora